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Un «9» diferente

Diego Costa ofrece a Del Bosque la aceleración hacia la portería que no le dan otros futbolistas de la Selección y un carácter contagioso que a veces se echa en falta en el grupo

Un «9» diferente
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Diego Costa espera estar disponible para el amistoso del próximo sábado en Washington contra El Salvador. Pocas cosas le hacían tanta ilusión como estar entre los 23 elegidos por Vicente del Bosque para representar a España en el Mundial. «España me lo ha dado todo en el fútbol», explicaba cuando fue convocado por primera vez en el pasado mes de marzo. Era la mejor manera de expresar que es un futbolista español nacido en Brasil. Porque al Atlético llegó sin hacer, con muchas posibilidades pero sin desarrollar. Ahora es un futbolista completo, que llega para llenar el hueco que Del Bosque no ha conseguido ocupar desde que se hizo cargo de la Selección. Cuando llegó,Villa y Torres eran indiscutibles. Se trataba del máximo goleador de la Eurocopa 2008 y del autor del único gol de la final contra Alemania. Por detrás estaba Güiza, un futbolista feliz por ser uno más en el grupo aunque no tuviera demasiado protagonismo.

Pero Güiza se terminó pronto y las lesiones fueron crueles con Torres y Villa. Y ninguno de los que vinieron después han convencido a Vicente del Bosque. Ni siquiera Negredo, el que más le agrada por las posibilidades que le ofrece en el juego aéreo, en el juego de espaldas a portería y por su visión de juego para saber ver un pase a un compañero cuando tiene que aguantar la pelota con un defensa en la nuca.

Diego Costa ha aparecido como una solución para llenar un vacío que dura ya cuatro años. Ahora que España se ha quedado sin plan B por la lesión de Navas, sin un jugador que acelere el partido cuando se atasca, Del Bosque encuentra otra alternativa, un futbolista que no entiende los rodeos para llegar hasta la portería. «Su ausencia sería determinante», decía Fernando Hierro esta semana, antes de que Del Bosque ofreciera la lista definitiva. Para el antiguo director deportivo de la Federación, las lesiones que ha sufrido el hispanobrasileño en los dos últimos meses no deben ser un problema para que ofrezca su máximo rendimiento en el Mundial. «Antes de llegar a Suráfrica había cuatro jugadores –Navas, Torres, Cesc e Iniesta– que hasta el último momento no se sabía si podrían ir y fueron los protagonistas de los últimos toques antes del gol en la final», explica Hierro. Especialmente problemáticas parecían las lesiones de Torres y Fábregas en ese tiempo. Ellos hicieron un esfuerzo por llegar a tiempo de disputar el Mundial y Del Bosque apuró todo lo necesario para poder contar con ellos. El premio terminó llegando, también para Iniesta, que no se sintió cómodo en el torneo hasta el día de la final.

Diego Costa busca el gol sin distracciones. Por eso le gusta a Del Bosque, aunque su estilo y el de la Selección parezcan contradictorios. El seleccionador necesita jugadores que sepan hacer cosas diferentes. Hay muchos jugadores capaces de tocar la pelota y asociarse, pero pocos capaces de acelerar camino de la portería con la decisión y el acierto con que lo hace Diego Costa. Además, por su carácter, es capaz de contagiar a sus compañeros y levantar al equipo en los momentos complicados.

«Entendemos que puede ser importante para el grupo», dice Fernando Torres, uno de sus competidores por un puesto en la alineación.