Ciclismo
Valverde no se acaba nunca
Lo mejor de Alejandro Valverde es que todavía es capaz de sorprenderse a sí mismo. «Que tengo casi 40 años», decía el campeón del mundo después de superar a los otros tres elegidos de la Vuelta en la meta de Mas de la Costa. Roglic, Supermán López y Nairo Quintana miraban desde atrás cómo el arcoíris desplegaba los brazos en la meta. Aunque todos son más jóvenes, todos sabían que era el más rápido a pesar de haber superado las durísimas rampas de cemento descarnado que suben hasta Mas de la Costa. Supermán López, el nuevo líder de la carrera –otra vez– tiene 25 años, Quintana ya ha cumplido los 29 y Roglic cumple este año los 30, pero los tres estaban convencidos de que si llegaban juntos el triunfo sería para Alejandro. «Son todos más jóvenes que yo, soy el abuelo del pelotón, pero estamos disfrutando de esta Vuelta», reconoce el maillot arcoíris.
Valverde aprovechó el trabajo de Nairo Quintana, que marcó el ritmo durante la ascensión, de sólo cuatro kilómetros pero con rampas que alcanzan el 25 por ciento de desnivel. Fue en esas rampas donde Valverde pareció perder terreno, pero era sólo una manera de coger aire. «Sabía que esto era muy largo y había que regular», explicaba después de su victoria. Nairo aflojó el ritmo cuando Alejandro parecía que se quedaba. El ritmo frenó y Alejandro volvió a colocarse en el último puesto de los cuatro. El mejor lugar para vigilar lo que sucede. La mejor manera para llegar el primero al punto más alto de la provincia de Castellón. «No me veía ganando aquí», reconoce.
«Muchas veces sí que me sorprendo. Joder, voy a cumplir casi ya 40 años y sigo estando ahí al máximo nivel. Yo mismo me sorprendo, pero estoy bien y el equipo me apoya», explica. «Las piernas duelen igual, pero ahora como que tienen un sabor más especial las victorias conseguidas con casi 40 años», explica Alejandro.Valverde ganó como siempre, como lleva haciendo toda su carrera. Como hacía ya hace diez años, cuando ganó su única Vuelta sin haberse llevado ninguna etapa. Una rareza inexplicable en la carrera del murciano. Pero él no quiere mirar más allá, hacia el que podía ser su segundo triunfo en la carrera española. «Está muy lejos todavía. Tengo una victoria, Nairo tiene otra. La igualdad es máxima entre todos y Roglic todos sabemos quién es», dice.
Porque Alejandro, como la mayoría, asume que el esloveno es el enemigo más peligroso en la contrarreloj. Y no pierde terreno en las cuestas. Pero Alejandro no renuncia a nada. Es tercero en la general a 16 segundos de Supermán, el mejor españoles y la gente le pide que no se vaya nunca. «Abuelo, no te retires», le gritaban al llegar al autobús del equipo.
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