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Vero Boquete: «El nivel del fútbol femenino ha sobrepasado a sus dirigentes»

Vero Boquete: «El nivel del fútbol femenino ha sobrepasado a sus dirigentes»
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La capitana de la selección de fútbol confía en que Villar desbloquee el conflicto.

Para Verónica Boquete (9-4-1987, Santiago de Compostela), el fútbol es una realidad bipolar. Llegó al Mundial después de ganar la Liga de Campeones con el Fráncfort y de ser octava en las votaciones para el Balón de Oro. En la Selección, se encontró la misma situación que se ha vivido en los últimos 27 años al mando de Nacho Quereda y una eliminación temprana en la primera fase del Mundial. Las futbolistas piden cambios.

–¿Confían en que Villar solucione el conflicto?

–Confiamos en que Villar, como máximo responsable, desbloquee esta situación. Puede no estar de acuerdo con hacerlo público, porque siempre parece que hace un poquito más de daño a todo el mundo, pero no hemos encontrado otra manera de que nos escuchen.

–¿Por qué han tardado tanto?

–Porque juegan con ilusiones. Nosotras tenemos la ilusión de estar en la Selección, de defender a nuestro país. Al final estás aguantando cosas porque tienes miedo de perder todo eso, tanto por lo que supone a nivel deportivo como de ilusión a nivel personal. Vas aguantando, vas dejando pasar cosas que no deberías y también tienes el precedente de que quien ha intentado hacer algo se ha ido. Ahora sí nos vemos con fuerza.

–¿Creen que el Mundial ha sido una oportunidad perdida?

–Es la gota que ha colmado el vaso. Se podía haber aprovechado este momento para promocionar incluso más el fútbol femenino. Ha sido un pequeño «boom», pero imagínate lo que podríamos haber hecho. Nos vamos de un Mundial cuando deberíamos estar todavía por talento, por calidad y por ilusión. Y nos hemos quedado sin los Juegos Olímpicos, que era un objetivo. Si no lo consigues porque no puedes, bueno. Pero que no lo consigas porque no te dejan o porque te tiran un poco hacia atrás, para nosotras es el mayor daño de todos.

–¿Qué ha fallado en la preparación?

–Nuestro último amistoso es dos meses y pico antes de ir a un Mundial. Eso ya no es normal. No hemos jugado amistosos, no hemos preparado los partidos realmente hasta que hemos llegado a Canadá, hemos viajado a Canadá tres días antes de jugar nuestro primer partido. Hay muchas cosas que no se han hecho bien, no sólo para este Mundial. Durante muchos años no se han jugado torneos o no se han respetado las fechas FIFA para jugar amistosos. Eso ha pasado siempre, con lo cual nunca puedes llegar igual de preparada que otras selecciones.

–Se quejan también de los entrenamientos.

–Es una falta de profesionalidad, mientras estás entrenando, responder al teléfono, irte... tratar a ciertas jugadoras como suplentes, sólo dar correcciones al teórico equipo titular, siempre a gritos, dentro del cuerpo técnico no tener la misma idea sobre un ejercicio porque se nota que ni lo han hablado... Es un caos.

–Durante la temporada ¿ha ido a verla en algún momento?

Nunca. Yo he jugado dos finales de «Champions» y no ha venido. El seguimiento de las jugadoras prácticamente es nulo. Es difícil ver al seleccionador en partidos de la Liga, mucho menos fuera, evidentemente. Hay convocatorias con jugadoras que llevan tres meses lesionadas. En 27 años España se ha clasificado para una Eurocopa y un Mundial y es el momento de un cambio. Así se lo transmitimos a él y su reacción está mucho más cercana a la amenaza que a la autocrítica. Su respuesta es: «Esto ya lo han intentado otras y no han vuelto a la Selección». Así hemos vivido durante 27 años, con ese miedo y esas amenazas.

–A lo mejor usted es suficientemente conocida y no necesita verla para convocarla.

–Pero yo hablo también de la Liga española. La gente que sigue el fútbol femenino español lo ve muy pocas veces en algún partido en Madrid. Fuera de Madrid, como no sea la final de la Copa no va. Sí es cierto que otros miembros del cuerpo técnico vienen a muchos más partidos que él, pero es que no ha pasado una sola vez eso de convocar a una jugadora que lleva meses lesionada.

–¿La actitud del resto del cuerpo técnico ha sido la misma?

–Para nada. Lo que sí creo es que todo el cuerpo técnico está condicionado. Estoy totalmente convencida de que trabajar con ellos sin él sería diferente. Imagino que ellos también deberían pronunciarse, pero es su trabajo, ésas son las condiciones y ellos deciden trabajar en esas condiciones o no. Pero nosotras no tenemos elección.

–Entre convocatoria y convocatoria, ¿tienen algún contacto con gente de la Federación o con el seleccionador?

–No hay seguimiento, apenas hay un contacto, muy pocas veces puede haber una llamada. Pero es que no hemos pasado una prueba física en la vida. Demandamos una forma más profesional de trabajar. Necesitamos algo mejor. Las jugadoras no se quejan porque les das caña o porque exiges demasiado. Se quejan porque quieren más, porque demandan más y porque merecemos más. El fútbol femenino está a un nivel que ha sobrepasado a sus dirigentes.

–¿El poder de Quereda es tan absoluto que la Federación no se enteraba de lo que pasaba o se lo perdonaba todo?

–Por eso también hemos hecho un comunicado, porque ¿a quién acudimos? No sabemos. Se ha encargado durante tantos años de que él, sólo él y nadie más que él tiene que llevarlo todo, de que no tengamos acceso a nadie más. No sabemos a quién acudir. Yo imagino que no sabían tanto de esta situación. Porque si lo saben y lo están permitiendo sería mucho peor.

–¿Eran conscientes de la oferta de 6,6 millones por los derechos del fútbol femenino?

–Nosotras, evidentemente, no estábamos al tanto. Lo único que nos planteamos es cómo pueden decir que no a eso. Si te dicen que alguien va a dar seis millones de euros por el fútbol femenino, a mí lo que me transmite es que el fútbol femenino interesa. Se puede hacer más y se puede promocionar de otra manera. Eso a mí me da esperanzas.