Grand Slam

Y ahora, a por el número 1

Nadal, hoy segundo en el ranking, tiene serias opciones de volver a liderar la ATP antes de que acabe 2017, porque sólo «defiende» 370 puntos.

Y ahora, a por el número 1
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Nadal, hoy segundo en el ranking, tiene serias opciones de volver a liderar la ATP antes de que acabe 2017, porque sólo «defiende» 370 puntos.

«Decían que Rafa nunca iba a ganar nada, que estaba finiquitado, pero ha vuelto a demostrar que con esfuerzo y dedicación se pueden volver a conseguir cosas», decía Toni Nadal, que estuvo junto a su sobrino y pupilo por última vez en París. Toni se irá a final de año a dirigir su escuela de tenis en Manacor. Pero Rafa continuará batallando en la pista. El estado de forma en el que está el español, que ha ganado su décimo Roland Garros con una superioridad todavía mayor que los nueve anteriores, y los números hacen que vuelvan a florecer viejos retos que estaban olvidados en estas últimas tres temporadas de lesiones físicas y mentales y de irregularidad. Su título de ayer, aparte de redondear el número de triunfos en París, es el decimoquinto «Grand Slam» que tiene en sus vitrinas. Ya ha dejado atrás a Sampras y sólo tiene por delante a Federer, con 18. Sería un desafío a largo plazo, pero ahí está atrapar al suizo, porque el nivel mostrado por el español en pista dura también ha sido altísimo y también puede sumar «grandes» más allá de París. La hierba sería la única incógnita, pero en breve se sabrá cómo afronta Wimbledon.

Más a corto plazo está la posibilidad de ser número uno. Más que un sueño o un deseo, es la lógica la que impulsa a pensar que es posible que antes de que acabe el año Rafa vuelva a ser el rey de la ATP. De momento, es el mejor tenista de 2017 y con el triunfo de ayer salta dos puestos en la clasificación mundial para colocarse segundo. La situación es la siguiente: Murray seguirá siendo hoy número uno del mundo, con 9.890 puntos. Rafa estará detrás con 7.285. El sistema de la ATP otorga una serie de puntos por cada ronda que se alcanza en cada torneo. Esos puntos duran 52 semanas antes de caducar, por lo que cuando se acude al mismo torneo al año siguiente, se «defiende» lo conseguido. Por ejemplo, Murray fue finalista en Roland Garros en 2016 y ganó por ello 1.200 puntos. Este año, al caer en semifinales le corresponden 720, por lo que ha perdido 480. De aquí a que acabe el año, el escocés tiene que «defender» nada menos que 7.960 puntos, porque ganó Wimbledon, los Masters 1.000 de Shanghái y París; los ATP 500 de Viena, Queens y Pekín y el Torneo de Maestros, además de ser finalista en Cincinnati y llegar a cuartos en el Abierto de Estados Unidos. Si repitiera una actuación como la del año pasado, algo que es prácticamente imposible, apenas podría pasar de los casi 10.000 puntos que ya tiene. Nadal, en cambio sólo «defiende» 370 puntos. En Wimbledon 2016 no jugó, por lo que, haga lo que haga, sumará lo mismo que en el Torneo de Maestros. En el US Open sólo llegó a octavos y en los Masters 1.000 no pasó de las primeras rondas. El camino a recuperar el número uno que perdió el 6 de julio de 2014 está despejado y depende fundamentalmente de Nadal. En el número tres del ranking estará Wawrinka, con 6.175 puntos (de aquí a final de año defiende 2.795). Cuarto es Djokovic, con 5.805 (3.290) y quinto Federer con 4.945 (900), que también podría unirse a la pelea por lo poco que tiene que defender, ya que se perdió la mitad de la pasada temporada.