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Zidane: El día que le acercó al Madrid

Hace 19 años, su Juve perdió la final contra el Madrid. El francés, que quería ganar la Copa de Europa, empezó a entender que para ser campeón tenía que cambiar de equipo.

Zidane: El día que le acercó al Madrid
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Hace 19 años, su Juve perdió la final contra el Madrid. El francés, que quería ganar la Copa de Europa, empezó a entender que para ser campeón tenía que cambiar de equipo.

En 1996, la Juve había ganado la Copa de Europa y la temporada siguiente, para seguir dominando en el continente, fichó a Zidane, la estrella francesa a quien la Liga de su país se le había quedado pequeña. Zizou, además, quería convertirse en el mejor jugador del mundo y ganar la Copa de Europa. «Es un chico tímido», decía Lippi su nuevo entrenador en Italia, «pero no lo es en el campo y eso es lo que importa».

Llegaba a la presión de Turín con 24 años, con su esposa Veronique y Enzo, que no había cumplido 24 meses, por eso su adaptación no fue fácil: el fútbol italiano le exigía mucho físicamente y tanto él como su familia tenían que empezar a vivir en una ciudad nueva, lejos de lo que hasta entonces habían conocido y de su familia. Deportivamente, sin embargo, no le fue mal: ganó la Supercopa de Europa, la Intercontinental, el Scudetto y repitió final de la Champions. Pero el Borussia Dortmund fue mejor. Nadie lo consideró un fracaso, porque la Juve había ganado casi todo.

Puede que Zidane tampoco. Sabía que iba a tener más oportunidades para hacerlo. Por ejemplo el año siguiente. Otra vez la Juve ganó su Liga y otra vez se plantó en la final de la Champions, por tercer año consecutivo. Su rival era el Madrid de Mijatovic y Heynckes, un entrenador que sabía que estaba en la puerta de salida, aunque ganase y del que se decía que había dejado a la plantilla que se autogestionase. Era un Madrid lleno de urgencias, con un mal papel en la Liga y que arrastraba más de 30 años sin ganar su competición. «Hablamos con Heynckes y le dijimos: ‘‘Hemos hablado y Karembeu le va a hacer un marcaje a Zidane’’. Eso cambió el partido», reconocía esta semana Sanchís en la Cope. El Madrid, que no era el favorito, ganó. «No llevamos ni champán, el que nos bebimos era de la Juventus. Llegó un hombre de la Juve y nos lo dio», contaba Morientes.

Por segundo año consecutivo, Zidane se quedó sin Copa de Europa y aquello empezaba a doler. Aunque no se diese cuenta, ya estaba empezando a despedirse y sólo llevaba dos años. «Son recuerdos jodidos», decía el entrenador esta semana cuando se le preguntaba por aquel partido, tan lejano en el tiempo y tan parecido al que va a disputarse este sábado. El año siguiente, antes de medirse al Manchester United en las semifinales de la competición, Zidane reconocía que estaba pensando dejar Italia. «Nunca he escondido mis problemas en Turín», aseguró en una entrevista a «L`Equipe». «Mi mujer es española, tenemos amigos en España». El Manchester ganó a la Juventus, que terminó séptima en Liga sin su cuarta final consecutiva y Zidane sin Copa de Europa. Veronique seguía echando de menos el sol y tras tres años, la Copa de Europa no llegaba. Estaban cerca de la salida, pero: «Moralmente no puedo irme tras un año como éste, en el que he estado bastante peor que durante los dos anteriores», rectificaba Zidane sus declaraciones un mes después. «Mi mujer no decide todo en solitario. Para ella, lo más importante soy yo, que soy jugador de fútbol, y en este momento es lo que más cuenta para los dos».

Tenía contrato hasta 2004, pero la Juve era cada vez menos competitiva. La temporada siguiente fue eliminada en los cuartos de final de la Copa de la UEFA. Y la siguiente, la 2000-01, cuando Figo llegó al Real Madrid, cayó en la fase de grupos de la Liga de Campeones. Aquello sí que se estaba terminando. «Yo acepto lo que me da el fútbol. Lo bueno y lo malo», decía Zidane esta semana. «Pasé cinco años muy buenos en la Juve, después vine al Madrid y con la camiseta blanca gané la Champions».

En Italia, con un equipo ya en decadencia y con su mujer sin terminar de ser feliz, ya no había sitio para Zizou. Firmó con Florentino Pérez en una servilleta. Y en el primer año en el Madrid, sació su hambre de Champions con su gol de volea en Glasgow. Lo que vino después aún está escribiéndolo.