Finanzas
«En Kutxabank, tenemos capacidad para seguir decidiendo nuestro futuro gracias a nuestra elevada solvencia». De esta forma, su presidente, Gregorio Villalabeitia, deja claro que la entidad no tiene necesidad de entrar en proceso de concentración alguno, pese a que los último movimientos del sector han puesto el foco en entidades de dimensión media como la suya. Villalabeitia considera que, desde una perspectiva empresarial, una operación de fusión puede tener mucho sentido si crea valor y mejora la rentabilidad que. a su juicio, es un reto muy importante para la banca europea. Una fórmula que, no obstante, no es necesaria para todos los bancos. «El presidente de la Autoridad Bancaria Europea ha indicado que hay sitio para entidades de tamaño mediano, jugadores de nicho que lo hagan bien», asegura.
Y es que los buenos ratios de Kutxabank para hacer frente a sus obligaciones financieras le permiten mirar al mañana de forma independiente, ya que, a día de hoy, es la entidad más solvente de España. Así lo certifica el último informe de transparencia de la Autoridad Bancaria Europea que, con un 16,6% (a septiembre, ya se eleva al 17,1%), vuelve a otorgar a la vasca la mejor ratio Common Equity Tier 1 (CET1) fully loaded de la banca nacional, cuya media se sitúa en el 11,8%. Se trata de un nivel de capital que se toma como referencia para medir la salud financiera, y que es la relación entre los fondos propios de mayor calidad y los riesgos asumidos. También es el mejor del mercado su ratio de apalancamiento, que se sitúa en el 9,14% (8% en junio), mientras que la morosidad es tan solo del 2,1%, la más baja del sector. Por su parte, su ROTE se situó en el tercer trimestre del año en el 4,8%; el ROA, en el 0,4%, y el ratio de eficiencia, en el 52,7%.
¿Cuál es el secreto de esta solvencia? Lo primero que hay que tener en cuenta es que Kutxabank es el producto de la fusión de las tres cajas de ahorros que estaban vinculadas a cada una de las provincias vascas: BBK (Vizcaya), Kutxa (Guipúzcoa) y Vital (Álava). Éstas ya eran antes de la unión instituciones muy solventes. «Nuestros accionistas son las fundaciones bancarias BBK, Kutxa y Vital, que tienen una visión de largo plazo y priman la sostenibilidad de la cuenta de resultados y el impacto económico y social sobre la rentabilidad a corto plazo, lo que lleva a que el banco mantenga un perfil de riesgo medio-bajo, centrado en la financiación de particulares y pymes, con foco local, y con una gran resistencia ante escenarios de crisis como el que estamos viviendo», explica Villalabeitia
Su baja morosidad es reflejo de una cartera con un perfil de riesgo moderado, muy influido por el mayor peso que en ella tienen las hipotecas (en el tercer trimestre suscribió créditos para la adquisición de vivienda por valor de 1.015 millones de euros, un 40% más que en el mismo periodo de 2019 , y que representa la cifra trimestral más elevada alcanzada por Kutxabank). La importancia de las hipotecas se acompaña de una escasa exposición a algunos de los sectores más afectados por la crisis, como la hostelería o el comercio.El perfil de su cartera de empresas es más industrial, actividad que, por lo general, no presenta un alto grado de volatilidad. «Actualmente, estamos haciendo un seguimiento continuo de la financiación concedida a nuestros clientes para identificar riesgos problemáticos, y ayudar a aquellos que pueden tener una situación coyuntural negativa. No obstante, nuestras previsiones son que durante 2021 y 2022 puede crecer levemente la mora en función de cómo se desenvuelva el escenario macroeconómico, pero, en cualquier caso, comparativamente menos que el sector, debido al perfil de riesgo medio-bajo de nuestra cartera», añade el presidente.
Las tres cajas vascas
Kutxabank es la entidad resultante de la fusión de las tres cajas vascas. Aunque la idea de unirlas había estado en la cabeza de sus responsables desde 1990, no fue hasta 2005 cuando la posibilidad se planteó de manera más seria. No se trató, ni mucho menos, de una proceso fácil, con varios intentos fallidos. El primero se produjo en 2005. Alentada por Javier de Irala, que había aterrizado en BBK procedente de Iberia, las tres cajas pactaron la fusión pero la operación se fue al traste. En 2008, acuciadas ya por la crisis financiera, volvió a ponerse encima de la mesa la unión, esta vez entre Kutxa y BBK, pero la asamblea de la caja guipuzcoana lo rechazó.
Habría un nuevo intento, esta vez de fusión fría (cada una mantiene su marca, capacidad de decisión e independencia financiera) entre BBK y Vital, que tampoco llegó a buen puerto. Por fin, el 2011, y, tras un complicado proceso de negociación, hubo fumata blanca. Los consejos de administración de las tres cajas llegaron a un acuerdo. Así, pactaron iniciar un proceso de integración a través de una vía intermedia entre la fusión total y la fría. De esta forma, las cajas trasladaron todo su negocio financiero a un nuevo banco, Kutxabank, pero conservando sus marcas, personalidad jurídica y órganos de gobierno. Los consejos de administración de las tres cajas vascas aprobaron su integración en la nueva entidad, en la que Kutxa tendría el 32%; BBK, el 57%, y Vital, el 11% de las acciones. El 1 de enero de 2012 comenzó a operar Kutxabank. Un año, más tarde, la Ley de Cajas de Ahorros y Fundaciones Bancarias de obligó a transformarse en fundaciones bancarias a aquellas entidades que superasen los 10.000 millones de euros en activos consolidados, dando lugar a las tres instituciones que hoy controlan Kutxabank, y que son las herederas del legado de la obra social dejado por las cajas de ahorros.
Balance
Gregorio Villalabeitia recuerda que Kutxabank nació en la segunda oleada de la mayor crisis financiera de la historia. Pese a ello, en estos casi nueve años, la entidad ha mejorado sus resultados, solvencia y sostenibilidad. «Hemos crecido en cuota de mercado en todos nuestros productos clave. La duplicamos en hipotecas y en la gestión a largo plazo del ahorro de nuestros clientes (carteras delegadas, fondos de inversión, fondos de pensiones o EPSV). Eso nos lleva a tener nueva producción en hipotecas o saldos en recursos fuera de balance que superan a entidades de tamaño muy superior al nuestro. De hecho, Kutxabank Gestión va a acabar el años como la primera gestora en entradas netas. Todo ello apoyado en una distribución geográfica del negocio bastante compensada, (un 46% del País Vasco; un 20%, en Andalucía, y un 34%, en el resto de España). Ello nos permite hacer un balance positivo de la fusión, y demostrar que la estrategia de largo plazo de la entidad va por el buen camino», asevera.
Además, en estos nueve años, la entidad ha impulsado la transformación digital tanto en la relación con los clientes, como en los propios procesos del banco. Actualmente, pueden realizar la práctica totalidad de la operativa con Kutxabank tanto por la banca online como por la móvil, con nuevas funcionalidades y la posibilidad de contratar fácilmente todos los productos principales que ofrece el banco. Hoy, el 52,5% de los clientes del grupo operan de forma prioritaria online. Las contrataciones digitales representan ya cerca del 30% de todos los préstamos al consumo y el 25% de las hipotecas formalizadas en las zonas de expansión tienen su origen en el marketing digital.
Retos
El sector, en general, y Kutxabank, en particular, también se enfrenta a no pocos retos, como el que tiene que ver con un contexto de bajos tipos de interés, en el que las entidades, según Villalabeitia, tienen que continuar reduciendo la base de costes para asegurar la sostenibilidad a largo plazo del negocio bancario.
La temática ESG (medio ambiente, social, gobernanza) y el papel de la banca en la transición energética son otros de los desafíos que, en su opinión, el sector tiene por delante. En este sentido, indica que Kutxabank lleva años siendo un referente. De hecho, fue la primera entidad en emitir un bono social en 2015 y en suscribir un acuerdo de energía a largo plazo que aseguraba el abastecimiento de energía 100% renovable. También fue pionera en contar con una huella de carbono positiva por la gestión de bosques propios. Asimismo, el 100% de las inversiones sus gestoras (Kutxabank Gestión y Fineco) siguen los criterios ISR de responsabilidad sostenible.
«Aún nos quedan desafíos por abordar para seguir apoyando a nuestros clientes en su transición energética, y en ofrecer productos y servicios que permitan mejorar la calidad de vida de nuestro entorno. Grupo Kutxabank lleva 170 años sirviendo a la sociedad, y nuestro principal reto es seguir sirviéndola atendiendo sus necesidades de financiación e inversión desde la parte bancaria, y apoyándola desde la perspectiva social mediante la labor de las fundaciones bancarias accionistas», concluye.