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Nosotros los ricos

Antes de freírnos a impuestos deberían ellos reducirse el sueldo, eliminar escoltas, asesores y coches oficiales

Sánchez, Iglesias, Calviño y las Montero nos agotaron diciendo que había que subir los impuestos a los ricos, preservando a las clases medias de una presión fiscal injusta, sobre todo en estos momentos en los que tantas familias se han quedado en la estacada.

Y sí, ya vemos que para este Gobierno los ricos somos todos, pues no de otra manera se entiende que suban las tasas de matriculación y circulación, los billetes de avión, el diésel, la luz, y se creen impuestos al reciclaje, los plásticos, el uso de carreteras, sucesiones, donaciones, amén de suprimir la tributación conjunta, que como todo el mundo sabe afecta directamente a las grandes fortunas. Qué risa. Dicen los hinchas del socialismo sanchista que no hay más remedio que subir impuestos para pagar la sanidad y la educación. En efecto, todo eso hay que pagarlo, pero una pregunta: ¿Qué tal si en vez de subir impuestos eliminan el gasto innecesario? Por ejemplo, suprimiendo ministerios inútiles, como el de Irene Montero, que cuesta 450 millones al año. O los de Consumo, Educación, tres de las vicepresidencias, cientos de empresas públicas deficitarias, decenas de observatorios, comisiones, foros y, por supuesto, las subvenciones, ayudas, subsidios y pesebres generosamente retribuidos por el pedrismo podemita a sus amiguetes. O el Senado entero, que no sirve de nada, o las Diputaciones que duplican servicios y gasto público.

Antes que freírnos con más impuestos deberían ellos reducirse el sueldo, eliminar escoltas, asesores y coches oficiales.

A más tributación, más recesión. A menos, más empleo e ingresos para el Estado. Está demostrado.