Empresas
Cuando una startup comienza, parte con una premisa básica: sobrevivir. La vida media de una compañía de este tipo es de apenas dos años, según revela del Barómetro de Emprendimiento. Si logra rebasar esta barrera y salir adelante, pasando de lo que se denomina «fase semilla» –quizá su periodo más crítico–, se marca nuevos objetivos: el de crecer y también el de expandirse.
Las empresas confían en la internacionalización como una palanca de crecimiento y, ahora también, como una de las claves para salir de la crisis derivada de la COVID-19. Tanto es así que el 77% de las compañías españolas confiesa que está explorando nuevas oportunidades fuera de nuestras fronteras, tal y como revela el estudio «Expansión internacional de la empresa española: un nuevo escenario global», realizado por KPMG en colaboración con la Asociación Española de Directivos, el Club de Exportadores e Inversores Españoles, la Asociación de Marcas Renombradas Españolas, la CEOE y la Cámara de Comercio de España.
Y es que una de las consecuencias de la pandemia ha sido, sin duda, la aceleración de los procesos de digitalización. Ello ha provocado que muchas empresas hayan perdido el miedo a abrirse al exterior, especialmente todas aquellas que son 100% digitales, las cuales tienen capacidad para extenderse mucho más rápidamente que el resto.
Las startups no son ajenas a esta tendencia. De hecho, nacen con una vocación cada vez más global. Nacho Ormeño, CEO de Startupxplore, considera que el ecosistema español constituido por estas empresas de marcado carácter tecnológico e innovador ha alcanzado ya un cierto grado de madurez, lo que las lleva a pensar en otros mercados «desde el minuto uno».
Sin embargo, el camino de la internacionalización no siempre es fácil, debido fundamentalmente a su escasa dimensión. La falta de financiación es una constante en el emprendimiento, pero lo es mucho más cuando se quiere salir al exterior, ya que este «viaje» requiere de capital adicional. La selección de un socio industrial, los aspectos regulatorios en los países de destino o la realización, en ocasiones, de un planteamiento de expansión demasiado apresurados son algunos de los principales obstáculos a los que se enfrentan a la hora de traspasar fronteras.
Para poder afrontar con éxito el proceso de internacionalización, Ormeño aconseja a las empresas que antes de salir al exterior se planteen las siguientes preguntas: ¿He conseguido validar en mi mercado mi propuesta de valor?, ¿dónde voy a encontrar menos competencia y más demanda?, ¿el cliente que me voy a encontrar va a presentar variaciones? o ¿cuánto me va a costar generar demanda en el país a que me quiero dirigir?
Precisamente, para responder a estas y otras preguntas y apoyar a todos aquellos emprendedores que quieren abrirse a nuevo mercados, Telefónica creó de la mano de su «hub» de innovación abierta Wayra, Wayra X. Dirigido a empresas 100% digitales, su objetivo es ir un paso más allá y ejecutar inversiones en países en los que, hasta ahora, Wayra no tenía presencia. «Hay un gran número de países que estábamos desatendiendo. Gracias a Wayra X, podemos a ayudar a emprender a cualquier startup del mundo en aquellos países en los que operamos», explica Luisa Rubio, directora de Wayra X. Actualmente, cuentan con un portfolio de ocho compañías de nacionalidades muy diversas: Reino Unido, Singapur, Estados Unidos e, incluso, Georgia. La característica común de todas ellas es que trabajan en remoto para el desarrollo de un producto digital de consumo masivo que pueda llegar a millones de usuarios, independientemente de su situación geográfica. «Hemos percibido un gran interés por parte de emprendedores de todo el mundo por expandirse, no tanto en España como en los mercados de habla hispana. En este sentido, desde Wayra X les ayudamos a situarse, ya que, al contrario de los que ocurre con mercados como EE UU o la UE, tienden a pensar que las características del mercado son comunes para todos los países, cuando en realidad no tienen nada que ver el mercado colombiano, con el mexicano, o el español. En este sentido, les ayudamos a entender el perfil de cliente al que se han de adaptar», aclara Rubio.
Desde Wayra X, no solo ayudan a compañías extranjeras a hacer negocios en España, sino que también apoyan a todas aquellas startups nacionales que ya son «partners» de Telefónica, y que quieren internacionalizarse. Peoople es una de estas compañías por la que ha apostado Wayra X. Se trata de una aplicación de social commerce, que ayuda a los usuarios a tomar decisiones de consumo, desde elegir un restaurante o un hotel a una serie o película. El pasado año decidieron dar el salto internacional y, tras testar su producto en Portugal, cruzaron el charco. A día de hoy, cuenta con presencia en 42 países y tiene 28 millones de usuarios registrados. «Decidimos internacionalizarnos porque queríamos crecer y nos dimos cuenta de que los problemas que podíamos resolver a usuarios españoles se podían extender a los de cualquier país», asegura su CEO, David Pena. Reconoce que ir de la mano de Telefónica les ha ayudado mucho a la hora de expandirse, especialmente gracias a la potente red local con la que cuenta en Iberoamérica.
En los últimos años, el ecosistema de emprendimiento español ha crecido de forma muy significativa, convirtiéndose en un destino de enorme atractivo para los emprendedores internacionales. En este sentido, el Programa Rising Startup Spain, promovido por ICEX-Invest in Spain, apoya la implantación en España de startups extranjeras, facilitando todas las fases del proceso de establecimiento y desarrollo de proyectos. La convocatoria de 2020 recibió 355 solicitudes procedentes de 62 países diferentes, de las que 15 fueron seleccionadas. Las mismas, que procedían de países como Argentina, Chile o Israel, reciben asistencia para el desarrollo de su idea en España a través de un programa de aceleración especializado y adaptado a las necesidades de cada una, impartido por Cink Venturing y TheVentureCity, dos aceleradoras experimentadas en el mentoring y conectadas a una amplia red de inversores.
Pero el interés por España no solo procede de emprendedores, sino también de inversores. Los datos del Observatorio Startup de la Fundación Innovación Bankinter destacan la cada vez mayor entrada del capital foráneo en empresas nacionales. En el segundo trimestre del año, la inversión extranjera superó los 900 millones, un 30% más que en el periodo comprendido entre enero y marzo, destacando sobre todo Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Suecia y Países Bajos.