Rosa Duce, economista jefe de Deutsche Bank en España, es optimista en cuanto a la evolución económica en este año que acabamos de iniciar. Eso sí, siempre y cuando los bancos centrales no se equivoquen.
El pasado fue un año en el que se pasó de 0 a 100 de forma vertiginosa. ¿Qué nos espera en este que comienza?
Económicamente, el mundo todavía está en un ciclo expansivo, que va a durar dos años, aunque con tasas de crecimiento más normales que las que hemos visto este ejercicio. Afortunadamente, hemos pasado lo peor de la pandemia, lo que no quiere decir que se vaya a quedar en el olvido, como se está viendo ahora con Ómicron.
Está claro que las variantes preocupan, y mucho...
La COVID-19 está aquí, lamentablemente, para quedarse. Tenemos que aprender a convivir con el virus. Gracias a los avances sanitarios, tendrá cada vez una virulencia menor. En lo económico, no hay ninguna voluntad de volver a poner restricciones , y lo que todo el mundo espera es que, poco a poco, la economía siga la senda de crecimiento que ha iniciado en 2021.
Europa se ha mostrado más rezagada que, por ejemplo, EE UU. ¿Recuperará el tono?
Precisamente porque en 2021 ha ido más lenta, en 2022, se espera un mayor crecimiento que el de economías que ya han pegado el rebote. Hay voluntad de consumir y, poco a poco, gracias a los estímulos fiscales, vamos a ver una recuperación de la inversión pública que, unida a la privada, y a la reactivación del consumo, va a propiciar que la economía crezca como otros años.
Pero la inflación continúa acechando...
Estamos convencidos de que es un fenómeno temporal. Ya se esperaba que subiera, aunque no tanto. Ha habido varios factores que han influido, como el desajuste entre la oferta y la demanda. Como consecuencia de la pandemia, se ha acumulado mucho ahorro y, cuando las restricciones se han eliminado, se han demandado productos masivamente y los productores no estaban preparados para ello. A medida que se vaya normalizando la situación, la inflación se estabilizará, si bien es cierto que no vamos a volver a niveles como los de después de la crisis financiera.
¿Pueden los bancos centrales ponerse nerviosos ante la evolución de los precios?
Los bancos centrales toman sus decisiones no con la inflación actual, sino con la esperada, y lo lógico es que se estabilice. Lo que está claro es que el ciclo bajista de tipos ha tocado a su fin. Estamos ante un escenario de política monetaria expansivo, aunque no esperamos subidas de tipos muy fuertes, sino que serán muy pausadas, y dependientes de la evolución económica. Los bancos centrales han aprendido de crisis anteriores. Tienen que saber anticipar al mercado lo que van a hacer, porque éste no quiere sorpresas. La recuperación dependerá de que adopten bien las medidas referentes a los estímulos fiscales y que no se equivoquen.
¿Y el BCE?
Creemos que en dos años no va a haber subidas de tasas, pero sí va ajustar su programa de compra de deuda, como ya anticipó.
¿Qué panorama se dibuja para la economía española?
Al igual que la europea, va a crecer con fuerza este año, apoyada por esa demanda de los consumidores y por la llegada de los fondos europeos. Manejamos una previsión por encima del 6%, quizá muy optimista, aunque sí alcanzable. En cualquier caso, es bastante sencillo que la economía pueda crecer el 5,5% sin problema.
La bolsa española ha cerrado el año con la menor ganancia de las grandes plazas mundiales. ¿Continuará esta tendencia?
Se ha visto muy penalizada por el gran peso que tiene el sector financiero y los ligados al turismo, a lo que se ha unido toda la regulación a las eléctricas. Creemos que en 2022 la bolsa lo puede hacer bien porque el ciclo va a ser positivo. Los bancos se van a ver beneficiados por la subida de tipos; los sectores cíclicos, como el turismo, van a mejorar (aunque todavía va a haber volatilidad), como también lo harán las eléctricas, cuya regulación ya está más que descontada.
¿Qué sectores serán los más interesantes?
Todos lo que tiene que ver con sectores industriales en Europa. A medida que los cuellos de botella actuales se vayan solventando, áreas como materiales o automoción deberían hacerlo bien. El sector tecnológico nos sigue gustando, porque, por mucho que haya subido, es el futuro. También tiene muy buenas perspectivas todo lo que tiene que ver con sostenibilidad, que ya no es una moda, sino una nueva forma de entender la vida.
¿Qué elementos puede poner en riesgo la recuperación?
Que surja una nueva variante de covid que nos obligue a encerrarnos en casa, una probabilidad remota, aunque no nula. También que los bancos centrales se equivoquen. Si suben los tipos de interés de forma brusca, el castillo se cae. Desde 2008, están sujetando el castillo de deuda, comprándola y manteniendo los tipos artificialmente bajos. No obstante, va a llegar el momento de la contención fiscal. Las reglas fiscales están suspendidas, pero no lo van a estar siempre. Por ello, los gobiernos deben aprovechar los fondos europeos para hacer reformas eficientes, consiguiendo más ingresos fiscales y reduciendo el déficit de forma estructural y no cíclica.