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La guerra no es gratis

En España no consumimos gas ruso, pero Argelia es aliado natural de Putin

El conflicto de Ucrania, aún sin desenlace militar, ya está afectando al precio de la electricidad y el gas en España. A nadie le interesa esta guerra, por lo que lo más sabio sería frenarla en el ámbito diplomático. Que Ucrania ingrese en la OTAN no es tan imprescindible. Suecia y Finlandia, vecinos de Rusia, no están en la Alianza y no parece que sean naciones inseguras. Lo importante es establecer un statu quo respetado por las partes. Putin el primero, por supuesto, pero también la NATO y EE UU.

De lo contrario, el invierno se le puede complicar a Europa, que depende demasiado del gas ruso, y también de su petróleo y carbón. Alemania la primera, pues es uno de los mayores exportadores a Rusia, seguidos de Italia y Francia. Si hay guerra no podrán vender, Rusia no les pagará y además cerrará la llave de sus cuatro gasoductos. Sufrirán los rusos, pero también Europa, pues no es fácil que el gas licuado de Qatar sea distribuido con eficacia en tiempo y coste. Alemania apenas tiene terminales de descarga.

En España, no consumimos gas ruso, pero Argelia es aliado natural de Putin y, en cualquier caso, un gas al doble de su precio actual, ya muy alto, y un petróleo a 150 dólares el barril, serían letales para todas las economías, incluida la nuestra.

Rusia es un petroestado en declive demográfico con débiles infraestructuras, pero fuerte en lo energético. Lleva una década preparándose para una situación de contingencia económica adversa. Sufrirá la guerra, pero Europa también. Mejor evitarla con un buen acuerdo.