A por los beneficios

Ahora, los empresarios

Los gobiernos y bancos centrales son los culpables del alza de los beneficios nominales de las empresas

Primero fueron los cuellos de botella pandémicos los que estaban ocasionando disrupciones en la cadena global de suministro y en consecuencia elevando los precios. Luego nos dijeron que la inflación era culpa de Putin por haber cerrado el grifo del gas ante la invasión de Ucrania. Y ahora nos dicen que la inflación se debe a que los empresarios han incrementado sus márgenes de beneficio y se están forrando. La última en sumarse a este coro de acusaciones contra las empresas ha sido la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.

En realidad, la idea no ha sido original suya: en EE UU la vienen repitiendo desde hace meses dado que allí la excusa del gas ruso no tiene demasiada fuerza (Rusia no exporta gas a EE UU), pero se fundamenta en un muy elemental error: el de confundir causas con consecuencias. Un incremento de la inflación tiende a elevar los beneficios nominales de las empresas porque, aun cuando éstas mantengan sus márgenes, el importe nominal de las ganancias crece. Por ejemplo, si una empresa se queda con un beneficio igual al 5% de sus ingresos y sus ingresos son de 1.000, ganará 50, pero si sus ingresos son 2.000 (porque los precios se han duplicado), ganará 100.

Incluso cabe la posibilidad de que si los precios aumentan y los salarios no lo hacen, el margen de beneficios de las empresas aumente, no tanto porque ellas hayan buscado incrementar deliberadamente su margen sino porque los salarios se han contenido para luchar contra la inflación (ése es el famoso pacto de rentas que predica el Ejecutivo). Pero eso no significa que los precios estén ahora subiendo porque las empresas hayan querido incrementar sus márgenes: no solo porque el Banco de España acaba de constatar que nada de eso ha sucedido de momento, sino porque la gran pregunta en todo caso sería por qué hasta ahora no habían podido incrementar sus márgenes y desde 2021 sí han sido capaces de hacerlo. Y la respuesta a esto último nos da la clave de la causa de la inflación: el exceso de gasto agregado promovido a raíz de la pandemia con políticas fiscales y monetarias expansivas. Gobiernos y bancos centrales son los culpables a los que ningún político quiere apuntar con el dedo.