Digitalización, Decarbonización, Desglobalización, Desconfiguración del orden establecido y Demografía son las cinco desafíos a los que el mundo se enfrentará en los próximos años
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advertía recientemente de que el mundo está inmerso en «shocks», que ya afectan a distintos ámbitos: geopolítico, energético, financiero, sanitario... Ello ha conducido a un escenario desconocido desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El mundo vive un entorno de inflación que ha elevado las tasas hasta niveles nunca vistos en los últimos 40 años. Cuatro décadas de estabilidad y moderación económica, de crecimiento y de prosperidad, en el que la pobreza global ha caído a escala global, y en la que ha surgido una nueva clase media, especialmente en América Latina y Asia, sobre todo en China. Un periodo en el que se han sufrido pocas crisis y cortas (a excepción de la financiera), y todo ello en un escenario de una baja inflación.
Sin embargo, los últimos «shocks», desencadenados a raíz de la pandemia de la COVID y de la Guerra de Ucrania, nos han colocado en un nuevo tablero de juego, que recoloca las piezas y amenaza el «status quo» del que hasta ahora hemos disfrutado, poniendo ante los estados nuevos desafíos, que serán clave para salir airosos de una situación que ha puesto en jaque la estabilidad mundial.
Estamos, pues, ante un nuevo entorno de gran volatilidad, en el que es imposible predecir a ciencia cierta cómo se resolverán los «shocks», y que, irremediablemente, nos hacen volver la vista atrás, a periodos anteriores de la historia. La resolución de los mismos dependerá en gran medida de la aplicación de políticas acertadas. La clave para superar la situación e, incluso, salir reforzados, o, por el contrario, agrandar más las grietas abiertas. Alicia Coronil, economista jefe de Singularbank, ha resumido estos desafíos que actualmente el mundo tiene ante sí en cinco tendencias, («5D»): Digitalización, Descarbonización, Demografía, Desconfiguración del Orden Internacional y Desglobalización. «Todas estas «D» se entrelazan entre sí. Es un círculo en el que se retroalimenta unas a las otras. Lo vital es conseguir que en este mundo de volatilidad que estamos empezando a entrar consigamos tener un liderazgo y unos consensos que permitan que no vayamos a un mundo todavía más multipolar y fragmentado , y que haga que sean más exacerbadas y que, al final, den lugar a tintes populistas y proteccionistas», indica Coronil. Unas tendencias que la experta explica a continuación: