Mesa redonda
La transición energética, en duda por la falta de impulso a las renovables
La respuesta europea a la crisis pasa por un modelo que incluya el despliegue masivo de nuevas fuentes de energía, la aceleración del “permitting” y la electrificación de la economía
La Universidad de Salamanca (USAL) y Clifford Chance celebraron el pasado jueves, 10 de noviembre, una jornada en la que se debatió sobre la necesidad de una salida duradera de la crisis internacional de precios de la energía y la descarbonización promovida por el sector eléctrico, urgiendo a impulsar las energías renovables y el desarrollo de las redes para acelerar la transición energética, cumplir con los estrictos objetivos climáticos europeos y nacionales y alcanzar la independencia energética.
El evento, que fue moderado por el socio de Clifford Chance y abogado del Estado en excedencia Jaime Almenar, y presentado por Fernando Carbajo Cascón, decano de la Facultad de Derecho y catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Salamanca, con la intervención del ex-comisario de Energía Miguel Arias Cañete, y el CEO de WindEurope, Giles Dykson, puso de relieve que en el contexto actual no se puede retrasar la transición hacia una energía más limpia. Más bien al contrario, el panorama nos empuja a abandonar el uso de combustibles fósiles lo antes posible y a dotar a los Estados miembros de un escudo energético europeo que garantice la autonomía europea y un suministro eléctrico más sostenible y asequible para todos.
La crisis de Ucrania ha puesto el acento en la necesidad de invertir masivamente en renovables. Europa tiene que atacar al gas y al petróleo, verdaderas causantes de la crisis de precios, y no a las renovables, que son la solución, y avanzar hacia la independencia energética y el único camino son las energías limpias. La descarbonización tiene que tener como eje fundamental las renovables y la electrificación de la economía.
Seguridad jurídica
Para acelerar el desarrollo renovable, y otorgar la confianza inversora, es necesario un marco regulatorio estable y predecible y no sujeto a vaivenes del regulador; no como ocurre ahora, donde bajo el paraguas de medidas excepcionales de emergencia, se está modificando y fragmentando el mercado único de la energía y se permite que cada Estado miembro adopte medidas contrarias e individuales. Incluso en algunos casos, como España, se está adoptando una normativa que no sólo es contraria a las previsiones comunitarias, sino que pueden suponer una doble imposición a las empresas.
Asimismo, durante la jornada se hizo hincapié en la necesidad de impulsar los nuevos proyectos renovables y agilizar los permisos públicos pertinentes; en particular de la gran renovable. La normativa comunitaria sobre «permitting» ha supuesto un avance agridulce, al no aplicarse de manera retroactiva y excluir a la gran renovable, verdadera protagonista para la consecución de los objetivos climáticos y la buscada independencia energética.
Burocracia
Es fundamental, convinieron los intervinientes, que la burocracia no suponga un freno a la descarbonización. Actualmente, existe la tecnología y está disponible la inversión necesaria, pero no tiene sentido que se tarde tres veces más en obtener las autorizaciones administrativas para construir una planta fotovoltaica que lo que lleva construir la propia instalación. Hay paralizados miles de megavatios en España en proyectos renovables que, de estar en funcionamiento, proporcionarían una energía verde y más asequible para los consumidores.
Además, en la jornada se presentaron los trabajos elaborados por docentes de la Universidad de Salamanca Marcos M. Fernando Pablo y Daniel Terrón Santos, «La realidad de los obstáculos burocráticos y procedimentales en el acceso a la red de las instalaciones de energía renovable», y José Ignacio Sánchez Macías y Pedro Calero Pérez, «La actual situación de los mecanismos y procedimientos aplicados en el ámbito del fomento de las energías renovables y la transición».
Este debate sobre energía contó con una alta participación de los asistentes, que demostraron el alto nivel de implicación por este tema, así como la necesidad y el deseo general de obtener información y establecer un análisis acerca de las circunstancias complejas y múltiples que rodean la crisis energética actual. Los participantes coincidieron también en que es necesario hacer partícipe a la sociedad de este problema para poder lograr un cambio de comportamiento esencial para afrontar el reto de la necesaria transición energética.
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