Cumbre del Clima
La «smart city» pone en el centro la sostebilidad y el bienestar
Oslo encabeza el ránking de las 100 ciudades más sostenibles del mundo, en el que también se encuentra Madrid y Barcelona
Antonio Gaudí recibió en 1908 el encargo de diseñar un rascacielos en Nueva York. El Hotel Attraction, que así se llamaría la construcción, alcanzaría los 320 metros de altura, lo que lo convertiría en el edificio más alto de la época. Aunque finalmente el proyecto no se realizó, el maestro el Modernismo incluyó en los planos un muelle para zepelines, el medio de transporte que se suponía revolucionaría el transporte de la época. El proyecto de Gaudí no se hizo realidad, pero su idea no fue desechada. Años después, los impulsores del Empire State Building diseñaron el rascacielos con un remate final, reconvertido en antena repetidora de radio y televisión, pero que inicialmente se concibió como mástil para amarrar dirigibles. Sus impulsores vislumbraban Nueva York como una ciudad futurista, cuyo cielo eran surcado por estos gigantes de helio. Sin embargo, el sueño se desvaneció, más a raíz del accidente del Hindenburg, que enterró definitivamente la confianza en estas aeronaves. Proyectar las tendencias del futuro y aplicarlas a los espacios urbanos ha sido una constante desde los primeros años del siglo XX, momento en que las ciudades comenzaron a crecer y a utilizar la innovación para desarrollarse. Tal y como sucedió entonces, con los retos que se planteaban en el siglo pasado, hoy, la Humanidad se enfrenta a nuevos desafíos, de los cuales quizá los más importantes son los que se derivan del cambio climático, que ha obligado a diseñar un nuevo modelo de ciudad. El mundo está cada vez más urbanizado, tanto que en 2030 se estima que el 70% de la población mundial resida en grandes núcleos urbanos, por lo que se impone la necesidad de ir hacia un nuevo concepto de ciudad, en el que la sostenibilidad y el bienestar sean los pilares fundamentales sobre los que se sustentes las nuevas urbes. Las ciudades ocupan tan solo el 3% de la superficie terrestre, pero son las responsables del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que frenar el cambio climático está muy relacionado con el modelo de ciudad que se construya en el futuro.
Elconcepto «smart» ya está plenamente incorporado a la organización urbana. Un cambio de mentalidad, que ha contado, cuenta y contará con las ayuda inestimable de la tecnología. Así, las ciudades buscan ahora desarrollarse con una movilidad sostenible, con la creación de espacios verdes, la reducción de gases de efecto invernadero, el uso de energías renovables y el impulso de la economía circular. Las ciudades más sostenibles del siglo XXI son aquellas que integran todos estos elementos puestos s disposición de cuidado del medioambiente y que buscan la calidad de vida de sus habitantes.
Arcadis, una de las principales firmas de ecodiseño, realiza anualmente un ránking de las ciudades 100 ciudades más sostenibles del mundo (Sustainable Cities Index). La clasificación global de 2022 está encabezada por Oslo, seguida de Estocolmo y Tokio, aunque también en el «top ten» se encuentran ciudades como Copenhague, París, Londres, Berlín, Seattle o San Francisco. En la clasificación conjunta, destacan dos ciudades españolas, Madrid y Barcelona, que ocupan el puesto 28 y 49, respectivamente. Este índice clasifica las ciudades en tres fundamentos de sostenibilidad: planeta ( evalúa la calidad de factores medioambientales), personas (mide la calidad de las infraestructuras sociales, incluida la calidad de vida, la educación o la salud) y beneficios (que tiene en cuenta la calidad de la economía de una ciudad, como entorno, infraestructura, desarrollo económico o empleo). En el primer apartado, la capital noruega es la ciudad que recibe una mejor puntuación, mientras en lo referente a persona y beneficios, son Glasgow y Seattle, respectivamente, las ciudades mejor clasificadas.
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