Macroeconomía

La asfixia fiscal de Sánchez libra a España del expediente de la UE por déficit excesivo

Bruselas perdona a España, pese a incumplir las reglas fiscales de 2024. Siete países europeos, incluidos Francia e Italia, aparecen en la lista negra

Aunque España se situó claramente por encima del umbral del 3% de déficit público el año 2023 y lo sobrepasó en seis décimas, la Comisión Europa ha decidido no expedientar a nuestro país por déficit excesivo al considerar que es "una desviación temporal". En sus pasadas previsiones económicas del mes de junio, el Ejecutivo comunitario ya avaló cifras de Pedro Sánchez y cree que el déficit se situará en 2024 en el 3% para bajar hasta el 2,8% en 2025. Una vuelta al redil de los límites fiscales europeos propiciada por la subida tributaria -el 11% en los impuestos a los ingresos y la riqueza según el análisis del Ejecutivo comunitario-, la buena situación del empleo y el fin de las ayudas temporales para hacer frente a la subida de los precios de la energía que han ahorrado al Estado entre el 0,6% y el 0,9% del PIB, según los números de los técnicos de la Comisión Europea

El Ejecutivo comunitario ya había prometido cierta manga ancha si la desviación era temporal y no muy abultada, ya que considera este ejercicio como un "año de transición", tras el periodo de bula fiscal para hacer frente a los estragos económicos de la pandemia y antes de que entre plenamente en vigor la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. "Vamos a lanzar procedimientos de infracción fiscal en la primavera de 2024 con los datos disponibles de 2023, pero sobre cuántos países pueden estar expedientados esto estará determinado también por los resultados de 2023, pero también por los planes presupuestarios enviados para 2024. En caso de que los países estén por encima, pero cerca del 3% del déficit público y esto sea temporal, esto puede servir para no abrir un procedimiento de infracción", aseguró el pasado mes de mayo de 2023 a LA RAZÓN el vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis. Debido a la inestabilidad política, España se ha visto obligada a no aprobar unos nuevos presupuestos y prorrogar los del año 2023. Un escenario que Bruselas suele preferir antes que unas cuentas expansivas.

Aunque en un principio, hasta 11 países podían haber sido expedientados al superar el límite del 3%, finalmente la lista se ha reducido hasta siete. Bélgica, Francia, Italia, Hungría, Malta, Polonia y Eslovaquia. En el caso de nuestro país, no sólo importan el déficit sino también la abultada deuda, la cuarta más elevada de los Veintisiete con un 107,7%, tan solo superada por Grecia (161,9%), Italia (137,3%) y Francia (110,6%). El límite del Pacto de Estabilidad y Crecimiento fija esta referencia en el 60% del PIB.

La cifra del déficit del 3,6%, aunque se sitúa de manera clara por encima del corsé europeo, también es más baja que la prometida inicialmente por el Gobierno de Pedro Sánchez, cuyos cálculos iniciales se situaban en el 3,9%. Durante el pasado año, España siguió reduciendo déficit y deuda de manera paulatina, ya que en 2022 alcanzó el 4.7% y el 111,6% respectivamente. En cuanto al gasto público, descendió levemente desde el 47,4% a finales de 2022 hasta el 46.4% en 2023, mientras lo ingresos experimentaron una ligera alza desde el 42,6% al 42,8%.

Esta vuelta a la austeridad, aunque con normas fiscales renovadas, coincide con el debate sobre de dónde puede extraer la Unión Europea los recursos necesarios para emprender la necesaria transformación tecnológica y digital, después de que en las últimas décadas la brecha respecto a EE UU y China se haya acrecentado.