Finanzas
Cuentas para que los más pequeños empiecen a ahorrar
Casi todas las entidades financieras ofrecen cuentas y planes para que los niños se inicien cuanto antes en el ahorro. La rentabilidad y
los regalos marcan las diferencias.
l ahorro es uno de los primeros conceptos económicos que suelen aprender los niños, igual que el valor del dinero. Cuando los niños comienzan a recibir propinas o regalos en metálico de familiares y amigos, se les presenta el dilema de elegir entre gastarlo en chucherías y juguetes o, como aconsejan los padres, guardarlo en una hucha para comprar algo más deseado más adelante.
Resistir a la tentación de gastar el dinero es para los pequeños un gran esfuerzo, pero llegarán a entenderlo cuando vean que el ahorro les permite conseguir algo de más valor en otro momento no muy lejano. Es un gesto pequeño, pero ahí se asientan las bases que les permitirán decidir como consumidores en el futuro. Por eso, «es importante que desde pequeños intentemos enseñarles para qué sirve ahorrar», asegura Jordi Martínez, director de Educación Financiera del Instituto de Estudios Financieros (IEF).
Si la hucha se queda «pequeña», es un buen momento para que el niño dé el paso de abrir su primera cuenta bancaria, un instrumento que les ayudará a adentrarse en el mundo financiero. Como explica Martínez, «una cuenta por sí sola no nos va a aportar mayor educación financiera, lo hará si acompañamos a nuestros hijos en el proceso de aprender a utilizarla». Lo que está demostrado, según los resultados del informe Pisa 2012 sobre educación financiera, es que «los chavales que disponen de cuenta bancaria tienen más desarrollada la competencia financiera». Ese mismo informe refleja que el 59% de los alumnos españoles de 15 años dispone de cuenta bancaria, ligeramente por encima de la media de los países de la OCDE (58,3%).
Quienes decidan dar ese primer paso con sus hijos pueden encontrar cuentas de ahorro para niños en casi cualquier entidad financiera. En líneas generales, son cuentas para menores de edad (en ocasiones, limitadas a menos de 14 años) que no conllevan gastos de mantenimiento ni tienen comisiones, pero tampoco generan rendimientos o, si los tienen, son muy bajos. A cambio, para mantener la vinculación con los pequeños e incentivar su ahorro, suelen disfrutar de promociones con regalos, sorteos o concursos.
Un ejemplo de estas cuentas es la veterana Megalibreta Estrella de Caixabank, cuyos titulares disfrutan de promociones periódicas que proporcionan entradas para espectáculos u otros regalos. Similares a ésta son la Cuenta Miniblue de BBVA, que regala una mochila por la apertura; las Max Peque y Max Junior de Liberbank, que premia con 15 euros a los titulares menores de 2 años; la Libreta Tesoro de Unicaja, remunerada con puntos canjeables por artículos de un amplio catálogo para niños, o la Cuenta + Joven de Ibercaja, que da acceso al Club Iberfan.
Hay otras entidades que, al margen de las promociones para los más pequeños, ofrece una cierta rentabilidad por los ahorros. Los intereses de estas cuentas suelen ser reducidos, pero en el contexto actual de bajos tipos de interés se han quedado en cifras simbólicas. Es el caso de la Cuenta Gaztedi de Kutxabank, con un interés del 0,01% TAE. Lo mismo ocurre con la Cuenta Primera del Banco Sabadell, que remunera con un 0,0986% los ahorros que superen los 150 euros, o Mi Primera Cuenta de Bankia, con un 0,05% TAE para saldos medios de más de 300 euros.
Se pueden encontrar intereses más altos. Por ejemplo, la Cuenta Naranja Mini de ING Direct no tiene promociones, pero ofrece un 0,20% TAE. La Cuenta 1/2/3 Mini del Santander puede llegar a pagar un 3% para saldos de entre 300 y 1.500 euros y regala una acción por cada cumpleaños. Esta última conlleva un gasto de mantenimiento de un euro al mes, pero incorpora una pulsera de prepago gratuita con un saldo limitado por los padres.
Las cuentas no son los únicos productos dedicados al ahorro infantil que ofrecen los bancos. Hay entidades que apuestan también por los planes de ahorro, que funcionan bajo la fórmula de seguros. Ofrecen una mayor rentabilidad y las ventajas fiscales de los seguros. Estos productos son, como apunta Jordi Martínez, «adecuados para padres que empiezan a ahorrar a largo plazo», pensando en el futuro de sus hijos (para pagarles unos estudios, comprarles un coche,...). Son también una forma de «obligarnos a ahorrar», pues estos planes se constituyen con aportaciones mensuales constantes.
Éstas pueden ir desde los 6 euros que da la Libreta Futuro Asegurado de Caixabank, a los 10 del Plan Ahorro + Joven de Ibercaja o, incluso, a los 30 del Plan de Ahorro Infantil Asegurado del Santander y del Seguro Univida Ahorro Infantil de Unicaja. O incluso sin aportación mínima, como el Plan Gaztedi de Kutxabank. Estos planes garantizan que, en caso de fallecimiento, el beneficiario recibe el capital acumulado más una cuantía adicional, ya sea un porcentaje del capital o unas cantidades determinadas hasta que cumpla 18 años.
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