Empresas
Damm acusa a Sousa de ocultar la venta de filiales de Pescanova
El segundo accionista de la firma asegura que desconoce el destino del dinero de las desinversiones
La venta de la mitad de sus acciones a hurtadillas para, presuntamente, «inyectar liquidez» a Pescanova y el polémico crédito que luego concedió a la compañía por sólo un tercio de lo que obtuvo con esos títulos pueden no ser los únicos manejos turbios de Manuel Fernández de Sousa al frente la firma de ultracongelados en los últimos meses. El segundo mayor accionista de la empresa y opositor a la gestión de su presidente, Damm, que posee el 6,18% del capital, denunció ayer que no sabe cuál ha sido el destino del dinero logrado al vender sus filiales.
Pescanova vendió hace unos quince días su filial ecuatoriana Promarisco –granja de camarones– a una empresa local, si bien no ha precisado el monto de la operación. Sin embargo, fuentes de Damm consultadas por Ep aseguraron que el consejo de administración no tiene conocimiento alguno de estas ventas ni les ha dado el visto bueno, hecho que consideran muy grave a la vista de que Sousa sólo controla el 7,45% de Pescanova después de que en febrero vendiese la otra mitad sin dar cuenta pública de ello hasta el lunes. Desde Damm, desconocen si las filiales son estratégicas para la compañía.
Pese a esta circunstancia, la compañía sigue adelante con la venta de otra de sus subsidiarias, la chilena Acuinova, a pesar de que el banco HSBC, como acreedor, ha solicitado la suspensión de pagos de la matriz de esta compañía, Pesca Chile, cuya admisión estudian los juzgados.
En vista de la forma de proceder de Sousa, Damm, que se mostró satisfecha con la decisión de la CNMV de abrir expediente a la firma, no descarta que, junto al fondo Luxempart e Iberfomento, adopten medidas legales una vez conozcan la situación financiera real de la compañía, cuya documentación todavía no les ha sido remitida por la dirección.
El que también está pendiente de recibir más información es el Juzgado de lo Mercantil 1 de Pontevedra, donde Pescanova presentó la solicitud de concurso. Ayer pidió documentación adicional a la compañía, que tendrá seis días, a partir de mañana, para enviar lo solicitado, según comunicó el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.
Preocupación política
La preocupación por el futuro de Pescanova comienza a traspasar la esfera de lo económico y es fuente ya de preocupación política por la imagen que puede transmitir del tejido empresarial español en un momento en el que el Gobierno trata de recuperar el prestigio internacional en este terreno. El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, aseguró que el Ejecutivo «apoya con todos los medios posibles» a Pescanova para que continúe con su actividad nacional e internacional y para que no se trocee ni desaparezca, pues considera que tiene futuro. Cañete aseguró que está siguiendo el asunto «muy de cerca» y que ha mantenido contactos con la banca acreedora y los sindicatos para interesarse por la situación.
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