Finanzas

Draghi prevé que las reformas den signos positivos este año

El presidente del BCE insiste en que la consolidación fiscal está logrando los primeros signos de recuperación.

Mario Draghi, en la pantalla del teléfono de un asistente a la rueda de prensa
Mario Draghi, en la pantalla del teléfono de un asistente a la rueda de prensalarazon

Mientras otras voces, como las del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuestionan ahora el camino de la austeridad emprendido hasta ahora, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, insistió ayer en que la consolidación fiscal «es inevitable». «Hay tantos avances, acompañados de tantos sacrificios duros que ya se han hecho, que dar la vuelta a la (anterior) situación insostenible no sería bueno», dijo Draghi al hablar de España.

«La consolidación fiscal emprendida es inevitable, y somos conscientes de sus efectos de contracción a corto plazo, pero ahora que tanto se ha hecho no creo que estuviera bien dar marcha atrás», añadió.

«No debemos olvidar que esta consolidación fiscal es inevitable», insistió en rueda de prensa desde Fráncfort cuando todos los vientos soplan en otra dirección, por lo que pidió a los gobiernos de la eurozona que apliquen las «cruciales» políticas necesarias para lograr «un punto de inflexión en la crisis de deuda».

Optimismo moderado

Como aviso a los que ahora se suben al carro de las críticas de lo hecho en el pasado y atribuyen al BCE todo el poder de calmar a los

mercados, Draghi insistió en que «no hay que ser complaciente con lo que se ha conseguido», pues «los beneficios no tienen que proceder de la acción del BCE, sino de progresos sostenidos y sustanciales».

En su primera comparecencia del año 2013, Draghi se mostró especialmente optimista y predijo una recuperación gradual de la eurozona a finales de este mismo año a medida que se produzca «un contagio positivo» a la economía real. Reconoció que la recuperación está siendo más larga de lo esperado por el hecho de que la implantación de las reformas estructurales están llevándose a cabo a un ritmo «más lento de lo esperado», aunque la actividad económica debería crecer por el efecto de las políticas puestas en marcha y el aumento de la confianza de los mercados.

Su optimismo era evidente para todos. Tras la reunión del Consejo de Gobierno, que mantuvo por unanimidad los tipos en el 0,75%, el italiano no dudó en hablar de avances hacia la «normalización» financiera, como el menor coste de los seguros de crédito (CDS), el alza generalizada en las bolsas, la entrada de depósitos en los bancos de la eurozona y el descenso de la volatilidad, así como la reducción del balance del propio banco central. Estas variables harán variar la tendencia que mantienen algunos bancos de la eurozona, que no prestan dinero por «una elevada aversión al riesgo», por lo que vaticinó que las condiciones de acceso al crédito mejorarán a lo largo del año.

Sin embargo, «es demasiado pronto para cantar victoria», advirtió, ya que «todavía falta trabajo por hacer». Por ello, dijo Draghi, el BCE no tiene previsto ninguna «estrategia de salida» en materia de políticas de estímulo.

El banquero italiano consideró que todavía existen riesgos, sobre todo por «la falta de acción de los gobiernos». En este sentido, «no sólo hace falta una consolidación fiscal, sino que también hay que aplicarla de forma adecuada», insistió.

Draghi comparecerá en el Congreso de los Diputados el próximo 12 de febrero, en un formato que aún está por determinar, para explicar las políticas que tiene previstas el BCE a lo largo del presente ejercicio. A finales de octubre pasado, el responsable de la política monetaria europea analizó durante dos horas –en un formato informal que incluyó un discurso de apertura– la situación económica en el continente en el Reichstag alemán.

El presidente del Banco Central Europeo aprovechó además la ocasión para presentar el nuevo billete de 5 euros, que entrará en circulación en mayo y en el que aparece Europa, figura de la mitología griega en un guiño que refuerza la intención de que Grecia permanezca en el eurosistema. Este billete será el primero de la segunda serie de billetes de euros, la llamada serie Europa, que consta de tres elementos de seguridad nuevos: la marca de agua con retrato, el holograma con retrato y el número verde esmeralda.