Ciencia y Tecnología

Internet de las cosas, la revolución tecnológica que cambiará tu vida

Internet de las cosas, la revolución tecnológica que cambiará tu vida
Internet de las cosas, la revolución tecnológica que cambiará tu vidalarazon

Han pasado ya algunos años desde que Kevin Ashton acuñase el término “internet de las cosas” y sugiriera cuál será la siguiente revolución tecnológica. Se puede teorizar sobre la utilidad o los beneficios de una tecnología y analizar cómo se puede implementar dicha tecnología de una forma práctica en un negocio pero lo más importante es que su comercialización sea rentable. Parece que ahora, 17 años después, se empiezan a dar las condiciones ideales para comenzar la transformación digital a gran escala de las pequeñas cosas de la vida cotidiana.

Se trata de conectar el usuario con todo tipo de objetos a través de internet y dotarlos de “inteligencia”, es decir, hacerlos capaces de tomar decisiones según los cambios que se produzcan en su entorno. Principalmente, se trata de objetos que se utilizan en la vida diaria como pueden ser electrodomésticos, mobiliario, vehículos y prendas de vestir, entre muchos más objetos. Ahora que los dispositivos móviles son omnipresentes, que las conexiones de datos son baratas y rápidas y que cada vez se utilizan para cosas más diversas, se dan las condiciones ideales para que se desarrolle el internet de las cosas.

Las aplicaciones prácticas de esta tecnología son casi ilimitadas y el número de empresas que están invirtiendo en ella aumenta de forma exponencial. Poder acceder desde el móvil para comprobar la cantidad de alimentos que hay en el frigorífico, conocer la fecha de caducidad, recibir un aviso cuando falte algún producto o incluso, que el frigorífico se encargue de hacer la compra de los productos que se están agotando. Todo ello será posible conectando el electrodoméstico a una red Wifi y configurando las preferencias para sincronizar ambos dispositivos.

Aunque el reciente frigorífico de Samsung, el Samsung Family Hub, ha dado un gran paso hacia delante, muchas de las aplicaciones más ambiciosas de esta tecnología, como la previamente descrita, aún no están disponibles. Aun así, actualmente se pueden encontrar muchas aplicaciones que ya se están desarrollando o están en funcionamiento, como las que se describen a continuación.

See-home: Controlar la calefacción de nuestro hogar es algo que podemos realizar desde nuestro teléfono desde hace ya algún tiempo. Ya es una práctica común entre los consumidores más innovadores encender la calefacción un tiempo antes de llegar a casa o en una segunda residencia, de forma que se encuentre perfectamente aclimatada.

Lockitron: Controlar desde el móvil la puerta de casa es también una realidad. Sustituyendo la cerradura convencional por una inteligente podremos prescindir de las llaves y abrir la puerta del hogar mediante una aplicación.

Houseinhand knx: Esta tecnología puede encargarse de regular toda la iluminación, incluidas las persianas de casa, en función de las condiciones de luminosidad y de hora que el usuario haya preseleccionado. También permite controlar cámaras de seguridad y vídeoporteros.

Snowcookie: Fuera del ámbito de la domótica se pueden encontrar sensores integrados en prendas de ropa que ayudan, por ejemplo, a mejorar la técnica de un esquiador.

Click & Pizza: La restauración tampoco se quiere quedar fuera de esta revolución tecnológica y el mejor ejemplo es Telepizza y el botón Click & Pizza. Se trata de un pequeño dispositivo con forma de imán de nevera que al pulsarlo, estando conectado a una red Wifi, se encarga de realizar el pedido que el usuario haya configurado previamente.

El salto de internet al mundo físico parece la evolución lógica de la red de redes, propiciando que dentro de no mucho tiempo estos objetos formarán parte de nuestra vida cotidiana. Tanto es así que seguramente los usuarios necesiten un modo de centralizar el control de todos los dispositovs. Ese es el objetivo de Resolv,un gadget parar controlarlos a todos, utilizando tan sólo el teléfono móvil y sin necesidad de alertar a los Nazgûl.