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China hace temblar al mundo

Batacazo bursátil por el parón de su economía. La bolsa de Shanghái se desploma el 8,5% y contagia a las europeas, que se dejan un 5%. Las 300 mayores empresas europeas pierden en una sola sesión 450.000 millones de euros de valor

Vista de un panel de la Bolsa de Madrid
Vista de un panel de la Bolsa de Madridlarazon

Batacazo bursátil por el parón de su economía. El Ibex baja un 5,01%, su mayor retroceso en tres años. Las 300 mayores empresas europeas pierden 450.000 millones en un día

Las dudas sobre la solidez de la economía china desatadas durante las últimas semanas hicieron temblar ayer a los mercados. La bolsa de Shanghái se desplome durante la madrugada española. Su principal índice cayó un 8,5%, provocando a su paso un efecto dominó por el continente asiático, que terminó por contagiar a los mercados europeos y americanos, eso sí, en menor medida. El Ibex registró la mayor caída en tres años, un 5,01%, nivel que superaron Milán, París, Lisboa y hasta el EuroStoxx 50. Londres, con un -4,67%, sufrió el mayor descalabro desde septiembre de 2011.

Según informa Reuters, el índice paneuropeo FTSEurofirst 300, que agrupa a las 300 mayores empresas del continente por capitalización, cayó ayer un 5,5%, lo que equivale a decir a una pérdida de 450.000 millones de euros, el mayor desplome en un día desde noviembre de 2008. Agosto está resultando catastrófico para los mercados de valores europeos. Si nadie lo remedia en las cinco sesiones que quedan para concluir el mes, agosto de 2015 puede pasar a ser el peor mes desde 2002, toda vez que la capitalización de las mayores empresas se ha reducido hasta ayer en más de un billón de euros.

Y pudo ser peor

Pudo ser aún peor. La bolsa española llegó a perder más de 770 puntos a lo largo de la sesión, una cifra que no se recordaba desde la crisis originada por el primer rescate de la economía griega, en 2010. Con decir que sólo un valor, Abengoa, acabó en verde, y por las especiales circunstancias que concurren, y que los títulos que menos perdieron se dejaron un 1,79%, es suficiente.

Todos los presagios acerca de un nuevo lunes negro en las bolsas mundiales se cumplieron. Tampoco era muy difícil prever una nueva jornada de mucho nerviosismo entre los inversores después de que el índice Dow Jones de la bolsa de Nueva York cediera el viernes pasado 531 puntos (3,12%), la mitad de las pérdidas de toda la semana (-5,82%) y la peor en cuatro años. No hay que perder la perspectiva de que la bolsa estadounidense marcó su último récord el 19 de mayo, cuando el Dow Jones cerró en 18.312,39 puntos. Ayer abrió la primera sesión de la semana desde los 16.459,70 y en los primeros minutos de contratación llegó a desplomarse más de 1.000 puntos. Habría que remontarse a septiembre de 2008, cuando la caída de Lehman Brothers, para encontrar un descalabro de semejante magnitud. Tras el cierre de las bolsas europeas, el Dow Jones terminó cayendo un 3,58%. Las bolsas europeas lo habían vivido por la mañana. Madrid, Fráncfort, París y Milán arrancaron el lunes con pérdidas superiores al 3% en todos los casos. Lisboa y Londres se desmarcaron algo de esta tendencia general. Lisboa para mal (-4,31%) y Londres (-2,55%) esperando a que Nueva York le marcara el camino.

La bolsa de Shanghái ha registrado su mayor caída en ocho años y ha entrado en pérdidas anuales (-0,78%). Sólo desde el 1 de julio acumula pérdidas de casi un 25%. El desplome fue frenado por la legislación vigente en los mercados de valores chinos, que obligan a suspender automáticamente cualquier cotización que pierda más de un 10% en el día, lo que ha hecho que una gran cantidad de valores no hayan estado operativos durante la jornada. El Hang Seng de la bolsa de Hong Kong se comportó con algo más de racionalidad, aunque no pudo evitar perder un 5,17% en la que, sin embargo, sólo ha sido la segunda peor caída del año. Tokio se dejó un 4,61%, Seúl, un 2,77%, y Manila un 6,7%. Hasta la bolsa de Sídney se contagió, con una bajada superior al 4%.

Según diversos analistas, la caída de las bolsas chinas en las últimas semanas está relacionada con la dudas sobre la marcha de su economía, la popularización de la compra de acciones por parte de personas poco profesionalizadas y la salida de inversiones derivada de la devaluación del yuan desde comienzos de mes. Demasiadas cosas como para no estar preocupados. En los últimos días, el Gobierno chino ha reducido las compras de acciones a fin de «desincentivar el abuso al apoyo estatal» al mercado.

UBS cree que la situación está lejos de corregirse en el corto plazo, aunque mantiene su confianza en que este mal momento pasará. Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, cree que es muy difícil explicar lo que ayer sucedió. «Es evidente que una ralentización mayor de la esperada en China es negativa, pero no explica por sí sola el pánico vivido». Los bonos han sido los grandes beneficiados.