Mercado bursátil
El mercado único cumple veinte años con su aplicación completa aún pendiente
El mercado único, por el que se decretó la progresiva eliminación de las restricciones al comercio y la libre competencia entre los Estados miembros de la Unión Europea, cumple hoy 20 años de su entrada en vigor con la tarea aún pendiente de completar la liberalización interior.
Dos décadas después, y pese a la lentitud en que se progresa hacia un auténtico mercado único en los Veintisiete, la caída de aranceles interiores se considera uno de los mayores logros de la Unión Europea, reconocido incluso por el euroescéptico socio británico.
El objetivo del mercado único es garantizar que la liberalización de los mercados sea beneficiosa para el mayor número posible de empresas pero también que el aumento de la competencia repercuta favorablemente en los 500 millones de consumidores europeos.
Completar la aplicación del mercado único es uno de los caminos hacia la salida de la crisis y así lo han reconocido los propios jefes de Estado y Gobierno en numerosas ocasiones en los últimos tiempos, la última, en las conclusiones de la cumbre del 13 y 14 de diciembre en Bruselas.
"La realización del Mercado Único puede contribuir en gran medida al crecimiento y al empleo y constituye un elemento fundamental de la respuesta de la UE a la crisis financiera", señalaba el texto.
En 2012, se consiguió desbloquear en los Veintisiete -aunque España quedó al margen- la patente única europea, uno de los grandes caballos de batalla de la historia del mercado único.
Sin embargo, queda todavía pendiente acelerar los trabajos de cualificaciones profesionales, contratación pública, desplazamiento de trabajadores y firma e identificación electrónicas.
La Comisión Europea aprobó en abril de 2011 doce acciones prioritarias para relanzar el crecimiento y restaurar la confianza, pero actualmente solo una de ellas ha sido aprobada por el Parlamento Europeo y los países.
El mayor enemigo del desarrollo del mercado único, sin embargo, es el proteccionismo creciente que se deriva de la crisis económica que atraviesa la Unión Europea.
"Tenemos tiempos difíciles por delante", reconoce el comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier, quien alerta que "no puede haber proteccionismos en el Mercado Único", al tiempo que recordó que es precisamente ese instrumento el que puede generar crecimiento económico, inversiones y empleos y por tanto es "la mejor oportunidad para salir de la crisis".
Diversos actos se organizarán este año en Bruselas para conmemorar el vigésimo aniversario de ese proyecto económico y político que se convirtió en realidad el primero de enero de 1993 para doce Estados miembros, pero Barnier hace un llamamiento para que no haya lugar para la "melancolía"sino "para el futuro".
En una misiva publicada recientemente, el expresidente de la Comisión Europea, Jacques Delors (1985-1994) señalaba que "al igual que ahora, Europa necesitaba activar el crecimiento y la integración y al igual que hoy tiene un potencial en gran medida desaprovechado".
"La cooperación refuerza y la solidaridad une. Es importante que se preserve este fundamento", urgía Delors.
Para el analista del Think Tank Open Europeo Vincenzo Scarpetta, el mercado único "es algo que hay que preservar ahora que la UE avanza hacia una mayor integración económica, porque hay países que no forman parte del euro pero sí de la unión económica"así como "la razón más importante por la que Reino Unido decidió entrar en la UE".
Open Europe afirmó en 2012 en un informe que la pertenencia en la UE sigue siendo lo más beneficioso para las exportaciones de Reino Unido al continente, ventajas comerciales que perdería Londres de sumarse a un convenio para compartir espacio económico europeo como el de Noruega.
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