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«El negocio inmobiliario está en Asia y, pronto, en África»

Ramón Riera Presidente de Fiabci
Ramón Riera Presidente de Fiabcilarazon

Metidos en plena crisis, allá por 2011, a Ramón Riera, un pequeño empresario inmobiliario, le ofrecieron hacerse cargo de Fiabci Spain como presidente . Una asociación internacional de profesionales inmobiliarios que es, ante todo, «un canal para hacer negocios». La organización se encontraba bajo mínimos como consecuencia del lamentable estado del sector. Ahora también es su máximo responsable en Europa. El reto le ha merecido la pena, pues «me ha llevado a conocer mundo y nuestra industria a nivel internacional, lo que me ha permitido tener amplitud de miras y una actitud positiva porque cuando esto estaba fatal y apenas se veían grúas, salías fuera, y veías el dinamismo de Asia, por ejemplo, y te decías: ‘‘Seguro que esta actividad volverá a España’’».

– ¿Usted ha conseguido realizar muchos «business» aprovechando las oportunidades que ofrece Fiabci?

– Sí, he hecho unos cuantos tanto dentro como fuera de España.

– Su implantación en 70 países les permite tener una visión global del sector. ¿Existe un auge en muchas partes del mundo en estos momentos?

– He podido conocer los mercados de los diferentes continentes. La industria inmobiliaria está en plena expansión. Se encuentra en un estado de bonanza a nivel mundial. No olvidemos que en la vida hay dos cosas claves: la salud y la vivienda. Y hay mucha gente que precisa esta última. Hay países emergentes que están muy necesitados de ella.

– ¿En cuáles hay actualmente más oportunidades?

– Sin duda, en Asia –China, Malasia, Corea, Filipinas...–, el Golfo Pérsico y el norte de África. Este último área del mundo tiene un potencial increíble. Explotará, estoy seguro, la próxima década. Ya hay mucho europeo invirtiendo allí: Cabo Verde, Senegal, Etiopía. Su futuro dependerá, en gran medida, de la estabilidad política.

– ¿Y Europa?

– También, pero el Viejo Continente es más que todo la base, ya que acoge importantes fondos financieros que saben que el negocio ya no está tanto aquí.

– Y el español, ¿qué?

– Goza de buena salud. Estamos inmersos en un proceso de recuperación, pero tenemos que ser conscientes de dónde venimos. No podemos caer en la misma trampa. Los ayuntamiento están poniendo muchas trabas para la obtención de suelo. Las entidades financieras también tienen que jugar un papel importante. Últimamente, están recomendando a los clientes que opten por el tipo fijo. Así, sus balances sufrirán menos ante las más que previsibles subidas de los tipos de interés. Yo también se lo recomendaría a quienes compran para uso propio.

– ¿Está el mercado inmobiliario español amenazado actualmente por la incertidumbre política?

– Pienso que más por la posible desaceleración económica.

– ¿El reciente cambio en el Gobierno de España y la crisis catalana están incidiendo mucho negativamente?

– Cataluña ya ha sufrido y ha sido perjudicada suficientemente. Creo que incluso está experimentando una leve recuperación porque, a finales del año pasado, ya tocó suelo. El problema está en España en su conjunto. Este Gobierno es muy débil. Necesitamos elecciones para tener uno fuerte y con ideas claras de país.

– ¿Es muy diferente el negocio inmobiliario español de hoy al de antes de la crisis?

– Sí porque entonces no contábamos con algo que se ha convertido en básico como es la tecnología. Además, ha cambiado la mentalidad y se ha profesionalizado mucho. Bastante gente se ha tenido que transformar para sobrevivir. En este país lo que más necesitamos todos es formación. No solo en éste, sino en todos los sectores. Sin ella no podemos ser competitivos.

– ¿En qué se distinguen los profesionales inmobiliarios españoles de los extranjeros?

– Una parte de los profesionales españoles están homologados y regulados, mientras que otros no. En la mayoría de los países de nuestro entorno, todos están normalizados.

– O sea que hay mucho intruso en esta industria.

– Sí. Y bastante gente que no está preparada. En cinco años hemos pasado de 20.000 a 70.000 agentes inmobiliarios. El gran problema es que estamos organizados en demasiadas comunidades autónomas y, por tanto, tenemos exceso de leyes. Nos falta una unificación.

– ¿Cómo ve las protech en España? ¿Están chocando con la cultura imperante en nuestra sociedad?

– Están aprovechando un espacio que, hasta la fecha, nadie se había atrevido a ocupar. Lo que pasa es que los demás han visto claramente que hay que optar por esta línea. Su implantación ha supuesto una oportunidad para los demás agentes inmobiliarios porque el «face to face» lo seguiremos dando nosotros. Además, ha democratizado la inversión inmobiliaria.

– ¿Qué futuro tiene la inmobiliaria de siempre?

– Seguirá teniéndolo en las ciudades pequeñas, los pueblos... en aquellos lugares en los que el contacto ha de ser personal y de confianza. En las grandes ciudades sólo existirá en algúno que otro barrio. La tecnología y las redes sociales nos hacen ser diferentes.

– ¿Qué habría que hacer para evitar una nueva burbuja inmobiliaria?

– Creo que no corremos ningún riesgo. En algunas ciudades, como Madrid, Barcelona, San Sebastián o Palma de Mallorca, hemos llegado ya a un techo de precio. Pero mientras no haya especulación, y no la hay porque no existe tanto margen como antes, y la financiación esté controlada, podemos estar tranquilos.

EL PERFIL

Ramón Riera se define como un empresario de la vieja usanza «movido por valores como la laboriosidad, la organización, la eficiencia o la tolerancia con el entorno, entre otros», aunque, al mismo tiempo, «abierto, innovador y moderno». Empezó a trabajar de botones a los 14 años en una compañía de seguros, aunque siguió estudiando. Se licenció en Derecho y llegó a ser consejero director de Aisa. Después, se fue a una empresa familiar, una agencia inmobiliaria, que ha hecho crecer y modernizado.