Un legado de 1,96 millones de empleos

Rajoy deja España con 1,34 millones de parados menos y con casi dos millones más de puestos de trabajo de los que había cuando llegó al Gobierno. En mayo, el desempleo bajó hasta 3.252.130 personas.

Se podrá discutir si el empleo creado durante su mandato es de calidad o si el paro podría haber bajado más. Pero lo que es incontestable es que, con los números en la mano, el mercado laboral español está ahora mucho mejor en términos cuantitativos que cuando Mariano Rajoy llegó a la Presidencia del Gobierno en diciembre de 2011. En los seis años y cinco meses que ha dirigido el país, el paro registrado ha descendido en España en 1.347.699 personas y se han creado 1.969.431 puestos de trabajo. Eso supone que, en promedio, durante este periodo, cada día 575 personas abandonaron las listas de los Servicios Públicos de Empleo Estatal (Sepe) y que la afiliación a la Seguridad Social aumentó en 841 personas cada 24 horas.

Otro buen mes

En mayo, el Ejecutivo de Rajoy se despidió de forma definitiva con datos muy positivos. La afiliación a la Seguridad Social subió el pasado mes en 237.207 personas, el mejor registro de toda la serie histórica en este periodo. La cifra media fue de 18.915.668. Con respecto al año pasado, se crearon 570.254 nuevos puestos de trabajo. La hostelería, tanto en su vertiente de alojamientos como de restauración, tiró en buena medida del empleo. La primera creó 34.600 puestos de trabajo y la segunda 40.000. Los puentes celebrados en mayo y la cercanía de la campaña estival han podido anticipar el refuerzo de las plantillas en estos sectores, como explicó la patronal de las empresas de trabajo temporal (Asempleo). El comercio –15.435 afiliados más– y la construcción –17.543– fueron otros de los sectores que mejor se comportaron. El primero, impulsado por la mejora del consumo de los hogares. El segundo, porque la mejora de esta actividad lleva aparejada un necesario refuerzo de las plantillas de las compañías.

En cuanto al paro registrado, descendió en 83.738 personas, según los datos publicados ayer por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Respecto a 2017, cayó en 208.998 personas. Tras esta bajada, la cifra de desempleados apuntados en las oficinas del Sepe era de 3.252.130, la más baja desde diciembre de 2008. Desde los máximos que alcanzó en febrero de 2013, el paro registrado ha bajado en 1.788.092 personas. Este indicador se comportó mejor de lo que esperaban los expertos, a pesar de que descendió algo menos que en 2017, cuando lo hizo en 120.000 personas.

La contratación registró también buenos datos. El número de contratos registrados ascendió a 2.058.400, un 1,52% más que en mayo de 2017. Aunque los indefinidos continuaron mejorando, su porcentaje sobre el total de los firmados apenas supuso el 9,72%. En total, se rubricaron 200.078 compromisos laborales de este tipo, el mejor dato de toda la serie histórica en un mes de mayo. Con respecto al ejercicio pasado crecieron un 19,6%, con lo que encadena 52 meses consecutivos de aumentos. La contratación indefinida, de todos modos, también arroja otro «pero» importante. Del total de contratos firmados, casi la mitad –85.882– lo son a tiempo parcial y se han incrementado más –21,61%– que lo de tiempo completo –18,16%–.

Una vez más, los sindicatos volvieron ayer a cargar contra la, a su juicio, «precariedad» del empleo creado y apuntaron al que creen gran mal del sistema: la reforma laboral. En su propuesta de presupuesto alternativo para este año, el PSOE abogaba por su derogación para acabar casi de un plumazo con el mal del déficit de la Seguridad Social. La patronal, sin embargo, no cree que resulte tan sencillo hacerlo y solicitó al partido que ahora gobierna que no revierta reformas que «han tenido gran protagonismo en la salida de la crisis».