Barcelona
El soberanismo espanta a los inversores extranjeros de Catalunya Caixa
La inquietud de los posibles compradores ante la consulta de Mas obliga a Economía a aplazar la venta hasta el verano
La privatización de Catalunya Caixa (CX) está más pendiente del futuro del proyecto soberanista que encabeza Artur Mas que de las ofertas que el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) pueda recibir. Según ha podido saber LA RAZÓN, el Gobierno ha decidido aplazar hasta el próximo verano, al menos, el proceso ante las preocupaciones expresadas por los inversores internacionales acerca del resultado de la posible consulta. La segunda caja catalana por tamaño, por detrás de CaixaBank, se encuentra con el cartel de «en venta» desde hace más de un año. El proceso de privatización se ha ido aplazando una vez tras otra. En esta ocasión ni siquiera se ha anunciado de forma oficial. Esta misma semana, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha marcado el verano como fecha más probable.
Y lo ha hecho en Bruselas, al término del Consejo de Ministros de Finanzas de la UE, y dejando una puerta abierta a que el comprador, como en el caso de NCG Banco, sea extranjero. El objetivo, como en otras ocasiones, no ha cambiado: obtener el mayor retorno posible de las ayudas públicas inyectadas en la entidad. El Estado ha gastado más de 13.000 millones de euros en Catalunya Caixa, cantidad que el Ministerio de Economía da por perdida.
Al igual que sucediera con la venta de NCG Banco (la entidad resultante de la fusión de las cajas de ahorros gallegas), el interés entre los bancos españoles es nulo. ¿Significa eso que ninguno quiere comprar CX? No, simplemente que la puja se realiza no por cuánto dinero ofrecen los posibles compradores, sino por cuál de ellos es el que pide menos dinero por quedarse con «el muerto». Aunque en la presentación de los resultados anuales del sector financiero la práctica totalidad de los grandes bancos han expresado su interés por entrar en la puja por la entidad resultante de tres cajas catalanas, la realidad es otra. Todos accederán al cuaderno de venta para controlar los movimientos de las entidades rivales. A la hora de realizar una oferta vinculante, a más de uno le va a temblar el pulso.
Todos los analistas apuntan a Banco Santander como la entidad ganadora de la subasta, quizá porque no ha movido ficha en todo el proceso de reestructuración del sistema financiero español, aunque como dice su presidente, le ha costado 4.000 millones de euros a través de la Sareb y las aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos. Su rival más encarnizado podría ser CaixaBank, que ya se hizo con Caixa Girona, por aquello de defender un territorio donde ha sido líder indiscutible históricamente. Tan líder que hay analistas que dudan de que Competencia permita que se haga con CX en la subasta y pase a controlar las dos terceras partes del sistema financiero catalán. Es tal la duplicidad de oficinas que más que una fusión sería un cierre encubierto. BBVA se ha reforzado con la compra de Unnim, y Banco Sabadell ha ganado posiciones en la región con la integración de las oficinas de Caixa Penedés.
En esta batalla puede echarse de menos la presencia de entidades extranjeras o fondos de inversión que ya han acudido a otras subastas, si bien, a veces, como elementos meramente decorativos. Su presencia se hace más complicada a medida que se encona el enfrentamiento entre las tesis soberanistas de Mas y las constitucionalistas del Gobierno. Fuentes consultadas por este diario se preguntan qué entidad española o extranjera se atreve a quedarse con una entidad con más 1.200 oficinas, la mayor parte de ellas en Cataluña, con la amenaza de un referéndum independentista. Aunque De Guindos quita hierro al proceso negando que un inversor extranjero se crea lo de la secesión, es cierto que los bancos de inversión extranjeros empiezan a poner el énfasis sobre esa cuestión cuando hablan del futuro inmediato.
JP Morgan, uno de los grandes bancos de inversión mundiales, asegura que «puede crear turbulencias (el proceso)» y va más allá advirtiendo de que «puede distraer el plan de reformas». Se refiere en uno de sus últimos informes a que el problema se va a acentuar en la segunda mitad del año y «puede obligar a un adelanto de las elecciones autonómicas en Cataluña», con el riesgo de un súbito ascenso de ERC.
Standard & Poor's se refiere a que el proceso, salga o no, acabará modificando el modelo de financiación autonómica. El banco japonés Nomura es más dramático: «Un voto sobre la independencia es el peor escenario posible». Habla del daño que hace al conjunto de España y advierte de la más que probable fuga de capitales de la banca de la región. En idéntica línea se manifiesta la suiza UBS, que utiliza el término «huida masiva de capitales» al quedar Cataluña fuera de la tutela de la UE y fuera también de la moneda única. Nadie puede olvidar que el tamaño de la banca en Cataluña es casi tres veces más grande que su economía.
Lo peor de todo es que el proceso soberanista enarbolado por Mas llega en el momento en que España empieza a recuperar la confianza de los inversores extranjeros a toda velocidad. Según los últimos datos del Banco de España, entre enero y noviembre del pasado año entraron 68.820 millones de capital extranjero, cuando en el mismo periodo de 2012 habían salido más de 193.200 millones. Sólo en noviembre entraron más 23.800 millones. Hace apenas un par de semanas, en el Spain Investors Day, las empresas españolas allí presentes pudieron comprobar el apetito inversor que hay en el exterior.
Aunque en esta última subasta del FROB todo parece jugar a favor de Banco Santander, ya que es la única entidad que no se ha hecho cargo de ninguna caja de ahorros desde que comenzara el proceso de reestructuración del sector financiero y el mercado catalán es uno de los objetivos de Botín; el banco no está dispuesto a entrar allí a cualquier precio y menos con las incertidumbres soberanistas. Economía, que ya ha vendido NCG sin un esquema de protección de activos (EPA), no está dispuesto a retomar esa modalidad que le puede dar más de un quebradero de cabeza a las cuentas públicas. Y sin EPA, ninguno de los bancos españoles irá en serio en la subasta.
Las claves
Fuga de capitales
El banco de inversión japonés Nomura advierte de que la consulta podría provocar una fuga de capitales de los bancos que hay en Cataluña.
Cambios
JP Morgan cree que el movimiento de Mas puede distraer al Gobierno de su plan reformista.
Poco interés
Todos los grandes bancos españoles, a excepción del Santander, se han hecho con alguna caja con la reestructuración.
Condiciones
La entidad de Botín sólo estaría interesada en CX si el Estado le ofrece un esquema de protección de activos (EPA).
Negativa
Economía no parece dispuesto a conceder otro EPA, pues podría poner en riesgo su objetivo de déficit.
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