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España, a la «caza» de los turistas que más gastan
Líder en eficiencia, el sector intenta alargar la temporada alta y potenciar las compras
España ocupa un lugar privilegiado en el podio de la industria turística internacional. Convertido en el tercer destino más visitado del mundo, lidera, por primera vez, el ránking de países más competitivos en turismo. Pero sería un error caer en la tentación de dormirse en los laureles a la sombra de estos halagadores títulos. Ahora, el reto es lograr la ecuación perfecta de más viajeros que gasten más y, a ser posible, no sólo durante los tres meses de verano. Y eso pasa, inevitablemente, por diversificar la oferta, es decir, ser atractivos más allá del manido concepto de destino de sol y playa.
Para ir «a la caza» del viajero más rentable a nivel económico es necesario mirar hacia el este del mapamundi, ya que desde Rusia, China y Emiratos Árabes parten los turistas dispuestos a gastar más dinero en su destino de vacaciones. «Pero para atraer a ese tipo de visitantes es necesario reposicionar la oferta con un valor añadido, es decir, mejorando nuestros destinos con propuestas diversas que se complementen con alternativas culturales, gastronómicas, deportivas, de compras... Si España quiere mantenerse en el podio turístico, no puede competir con bajos precios ni ofertas, ya que es un arma de doble filo; nuestra estrategia debe ser la creación de productos muy diversos que atraigan a nichos de mercados específicos», asegura José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de la Alianza para la Excelencia Turística, Exceltur.
Consciente de esa necesidad de diversificar la oferta, la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Borrego, ha liderado en los últimos meses la puesta en marcha de dos planes específicos para fortalecer el turismo de compras y el turismo de salud, con especial hincapié en la promoción en mercados emergentes, «ya que son segmentos de alta rentabilidad que atraen a viajeros con mayor capacidad de gasto», según Borrego.
La apuesta por estos mercados –con medidas como la agilización de visados o la adaptación de los servicios turísticos a las necesidades propias de estos viajeros– está dando sus frutos. Prueba de ello es que, en lo que va de año, el número de visitantes chinos ha crecido un 80% en comparación con el mismo periodo de 2014 y, lo que es más importante, han elevado su gasto en compras en un 51%, según el estudio «España, destino top de los globe shoppers», realizado por la consultora Global Blue.
Algo similar ocurre con Emiratos Árabes, donde la apertura de una oficina de promoción turística española en Dubái permitió incrementar la llegada de estos viajeros en un 60% durante 2014. «Sin embargo, no hay que olvidar que los rusos, los árabes y los chinos todavía representan menos del 1% del total de los 65 millones de turistas que nos visitan, por lo que sería un error centrarse únicamente en atraer a mercados emergentes y obviar los clásicos. Debemos revitalizar y reinventar las zonas de costa, como ha hecho Ibiza, para atraer a ingleses y alemanes dispuestos a pagar más por disfrutar de otros valores añadidos», matiza Zoreda.
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