Economía

España descorcha champagne (de nuevo)

El mejor termómetro económico –el consumo de espumoso francés– da por sepultada la crisis en España, que vuelve a descorchar champagne y más caro

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El mejor termómetro económico –el consumo de espumoso francés– da por sepultada la crisis en España, que vuelve a descorchar champagne y más caro

Adiós a los malos rollos. Aunque la crisis nos haya dejado las cuentas raquíticas y los sueldos pelados, el optimismo ha llegado para quedarse. Está en el aire. Con las ventas de casas de lujo desbocadas y los nuevos todoterrenos –con caballos para subir y bajar el Everest aunque nunca pisarán el campo– tomando otra vez las calles a golpe de crédito era cuestión de tiempo que la recuperación española llegara al mantel. La frenética apertura de locales de tapeo y restaurantes, que está dejando ciudades como Madrid o Barcelona con mayor y más variada oferta que Londres o Nueva York, era la primera señal. Pero ahora, el mejor termómetro económico –el consumo de champagne– viene a dar la razón a quienes auguran un nuevo, aunque más contenido, «boom» económico. Sin lanzar en exceso las campanas al vuelo, el Comité Champagne ha anunciado en Madrid que 2016 batirá los registros de 2015, que ya apuntó un regreso a las cifras previas a la crisis con 3,9 millones de botellas vendidas en España, el noveno consumidor de espumoso francés por delante de gigantes como Rusia o China gracias a la fuerte cultura del vino y a la concentración de las ventas en Navidades, unas fiestas que en España celebra hasta Pablo Iglesias. No se batirá el récord de 2008, cuando se descorcharon 4,7 millones de botellas del reconocido vino francés, sinónimo del lujo por excelencia, pero es muy probable que se superen de nuevo los cuatro millones de botellas. «No hacemos predicciones ni tenemos una bola de cristal, pero por los datos que tenemos registrados creemos que se superarán las ventas de 2015 en España, lo que resulta un indicador ideal de que la recuperación es un hecho», asegura el responsable de comunicación del Comité Champagne, Thibaut Le Mailloux. Y es que el órgano encargado de velar por la denominación de origen de los burbujantes caldos galos y de mantener su posición en los mercados frente al Cava español o el Prosecco italiano prevé un cierre de año en todo el mundo incluso mejor que 2015, cuando se descorcharon 312 millones de botellas con una facturación de 4.700 millones de euros, 2.600 millones provenientes de la exportación.

España, fiel al «Brut» y a las grandes marcas

Aunque España se mantiene dentro del top 10 de países importadores de champagne está aún a años luz de los principales mercados, que encabeza Reino Unido en millones de botellas (34,2) y Estados Unidos en millones de euros (514,8). Sin embargo, el consumo creciente en nuestro país de champagnes más caros, resevas o rosados, disparó la facturación Se pasado año hasta los 74 millones de euros, cerca ya de los 78 millones registrados en 2007. Según los datos del Comité Champagne los españoles consumimos ya un 10,7% de champganes rosados y un 4,2% de «cuvées de prestige», que riegan las fiestas en Ibiza, Palma de Mallorca y Sotogrande, aunque el rey sigue siendo el «brut», con el 83,3% de las ventas y el 70,1% de los ingresos. Y si somos fieles al «brut», más aún a las grandes casas. Las marcas más reconocidas aún venden el 93,4% de las botellas de champagne en España gracias a la uniformidad reconocible en los sabores añada tras añada.