Macroeconomía

El FMI eleva el crecimiento de España pero pone en duda el plan antiinflación del Gobierno

Mejora el crecimiento de España hasta el 1,5% este año, cuatro décimas más que en su anterior previsión. Advierte de que el crecimiento durante este año será fruto del "remanente de la actividad en 2022" y de que las turbulencias financieras retrasarán la recuperación

Cara y cruz del FMI para España. Dudas del FMI sobre las medidas implementadas por el Gobierno para combatir la subida de la inflación, que sitúa en el 4,3% al final de año -cuatro décimas más-, pero mejora de la previsión de crecimiento del PIB hasta el 1,5%, cuatro décimas más. El Fondo Monetario Internacional revisa así al alza las proyecciones que hizo a principios de año, momento en el que entró en vigor el plan anti-inflación puesto en marcha por el Ejecutivo, sin embargo, sigue valorando a la baja el impulso de los dos próximos años, proyectando un crecimiento del 2% en 2024, cuatro décimas menos respecto a lo que pensaba en enero, y un punto inferior respecto a octubre. Aunque ambas cifras continúan por encima de la media de la zona euro -que crecerá el 0,8% este año y el 1,4% el año que viene-, mantiene una tendencia descendente en previsión de posibles consecuencias de una ralentización económica y la persistencia de una inflación elevada.

Este crecimiento de España estimado por el organismo que dirige Kristalina Georgieva va en consonancia con las últimas proyecciones del Banco de España del 1,6% este año, pero muy alejado del optimismo que presenta la ministra económica, Nadia Calviño, que espera un crecimiento del 2,1% este año. Una cifra que para el FMI denota cierto parón económico de España y de la zona euro, ya que la media mundial se situará en el 2,8%, pese al contexto de "fuerte desaceleración" de las economías más desarrolladas (1,3% en 2023), compensado por el crecimiento de las emergentes (3,9%). "Partimos de la base de que la economía global se está recuperando de la pandemia y asimilando los efectos de la guerra de Ucrania", apuntó el director de investigación del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, que reconoció que las perspectivas podrían empeorar por la "agitación financiera del último mes y medio", lo que podría redundar en "una desaceleración más pronunciada y elevada si las condiciones financieras empeoraran significativamente", apuntó.

Aunque el FMI no hace referencia directa de las razones por las que ha decidido modificar sus previsiones para España, sí que señala que "se mantiene la recuperación gradual" de la economía, gracias a la mejora del funcionamiento de las cadenas de suministro y al "retroceso de las dislocaciones" en los mercados de energía y alimentos, una situación que pronostica llevará a la economía a "tocar fondo" este año. Sin embargo, pone el foco sobre el peligro de la inflación, ya que los precios subirán en España un 4,3% este año, medio punto más de lo que había previsto. Pese a que el IPC medio fue del 8,3% el año pasado y se reducirá casi a la mitad durante este ejercicio y al 3,2% para el siguiente, el FMI calcula que el encarecimiento de los precios no bajará del 2% por lo menos hasta 2028 (1,7%), y cree que las medidas puestas en marcha para combatir la subida de precios no han tenido el efecto esperado, sobre todo con una inflación subyacente -la que no tiene en cuenta los alimentos ni la energía-, situada en el 7,5%, casi el doble de la general.

El organismo internacional también da un toque de atención al Gobierno por las cifras de desempleo, al tener España la tasa más alta de toda Europa -solo por detrás de Ucrania-, situación que el FMI alarga por los menos este año y el que viene, con una previsión del 12,6% en 2023 y un 12,4%, en 2024, y todo a pesar del récord de afiliados que suma la Seguridad Social este año.

Respecto al resto de economía europeas. El FMI atribuye el bajo crecimiento de regiones como Europa de la zona euro por el enquistamiento del conflicto entre Rusia y Ucrania y al peligro que puede surgir con el brote de nuevas variantes del covid. También por el endurecimiento de las condiciones financieras, después de que el Banco Central Europeo haya subido los tipos en seis ocasiones desde julio de 2022, hasta alcanzar el 3,5%, la tasa más alta desde la gran crisis financiera de 2008. El organismo financiero advierte de que esta política continuará durante los próximos meses y provocará que la eurozona registre "cifras muy pobres de crecimiento" durante el próximo lustro, y cita textualmente que tendrá una "especial incidencia" sobre la economía española. Por ello, pronostica que Alemania decrecerá el 0,1 % en 2023, aunque en 2024 crecerá el 1,1%, tres décimas menos de lo calculado en enero; Francia lo hará un 0,7% -bajará tres décimas la de 2024, hasta el 1,3%; sube una décima a Italia este año hasta el 0,7% y se la baja el que viene, hasta el 0,8%. Para Reino Unido prevé una caída del 0,3% este año, y para el que viene espera un crecimiento del 1%.

Con este contexto, Gourinchas ha advertido de que el crecimiento durante este año será fruto de "un remanente importante de la actividad en 2022", año en el que se han tomado "medidas fiscales muy fuertes" y a los ingresos por exportaciones que, apuntó, "se ralentizarán" este año. Así, la evolución de la guerra será vital para el crecimiento europeo. Si bien el invierno pasado se logró evitar "una crisis de gas" gracias a las medidas de previsión tomadas por lo gobiernos y a la menor demanda por el efecto de un invierno "atípicamente templado", una escalada de la guerra "podría desencadenar una nueva crisis energética en Europa y exacerbar la inseguridad alimentaria en los países de bajos ingresos". En este escenario, la institución contempla un "endurecimiento adicional moderado de las condiciones crediticias" por un mayor estrés en los bancos, preocupados por su solvencia bancaria y nuevas crisis del sistema financiero, así como por un control más estricto de su actividad financiera y crediticia. En esta situación, el FMI augura este endurecimiento de las condiciones financieras provocaría una disminución del nivel de actividad mundial de tres décimas adicionales en 2023, lo que implica un crecimiento real del PIB global de alrededor del 2,5% en lugar del 2,8% del pronóstico de referencia, lo que sería el crecimiento más bajo desde la desaceleración mundial de 2001, excluyendo el impacto de la pandemia y la gran recesión.