Fugas en el IVA

La recaudación podría incrementarse en unos 15.000 millones de euros con un aumento gradual de los tipos reducidos y una disminución progresiva de las exenciones

Los ingresos totales por IVA alcanzaron los 56.161 millones de euros hasta octubre. Es decir, unos 2.500 millones más que en el mismo periodo del año anterior. Este año se superarán los 62.663 millones presupuestados, ya que en los dos últimos meses del ejercicio pasado se recaudaron 6.647 millones, por lo que la «caja» superará los 62.808 millones casi con absoluta seguridad. Máxime, teniendo en cuenta el comportamiento actual del consumo, que crece en torno al 3%, y la presente campaña de Navidad.

Pero la recaudación podría incrementarse en unos 15.000 millones de euros con un aumento gradual de los tipos reducidos y una disminución progresiva de las exenciones. Al menos, según los cálculos del FMI, que esta semana aplaudió la subida de impuestos del Gobierno y pidió elevar más la imposición indirecta. En concreto, sugirió duplicar la carga impositiva a bares y restaurantes, actualmente gravados al 10%. Desde Gestha recuerdan que Hacienda dejará de ingresar 19.241 millones por los beneficios fiscales de este tributo. No obstante, Montoro resaltó que España no necesita subir impuestos y menos el IVA, porque ya está incrementando su recaudación.

El ejercicio pasado, los ingresos por IVA aumentaron un 7,4% respecto a 2014. Sin embargo, y aunque se haya incrementado desde el 3,9% sobre el PIB en 2009 hasta alcanzar el 6,5% en 2015, España es el tercer país de la UE con menor recaudación por este tributo. Por detrás sólo se encuentran Italia e Irlanda.

«Agujeros»

Pese a la dificultad de calcular el dinero que pierde Hacienda por las «fugas» que presenta este impuesto, si nuestro país se situara en la media de la eurozona en recaudación por IVA en relación al PIB –6,8%– «podrían obtenerse unos 6.000 millones adicionales sin demasiado esfuerzo fiscal». Juan José Rubio, catedrático de Hacienda Pública de la UCLM, explica que España es uno de los países de la UE que menos recauda por IVA básicamente por un tratamiento generoso de las exenciones; por la existencia de unos regímenes especiales autóctonos que comprometen el buen funcionamiento técnico del impuesto, como son el régimen simplificado o el recargo de equivalencia, que a veces son fuente de cadenas de fraude fiscal por emisión de facturas falsas; por el régimen fiscal de las operaciones intracomunitarias en el tráfico de bienes en la UE, de difícil control; por la aplicación generalizada de tipos reducidos y superreducidos en consumos que en otros países tributan al tipo general y por la existencia de un fraude fiscal importante en un impuesto de fácil ocultación.

Además, Rubio asegura que no se puede olvidar el peso que tienen en la cesta de la compra los productos gravados con tipos reducidos y superreducidos, por lo que insta a adecuarlos a la media europea, elevando los de algunos bienes que hoy tributan a los reducidos o superreducidos. Otras fuentes consultadas recomiendan unificar los tipos.

El FMI también reclamó a España trasladar la carga tributaria de la fiscalidad directa a la indirecta. Y aunque Rubio considere que en principio no debería preocuparnos excesivamente un «tax mix» donde los impuestos indirectos superaran ligeramente a los directos, admite que desde el punto de vista de la equidad podría tener efectos negativos, teniendo en cuenta los actuales patrones de consumo y ahorro respecto a las rentas disponibles de las familias de menor renta, con un sesgo muy significativo hacia el consumo.

33% de los ingresos

La recaudación por IVA está condicionada por factores como el consumo de los hogares, el consumo público, el gasto en la compra de vivienda o las importaciones y otras variables exógenas. Y es que este impuesto se encuentra directamente vinculado a la coyuntura económica.

¿Puede bajarse el IVA y obtener una mayor recaudación? Rubio apunta que depende de la elasticidad de los tipos respecto a la base imponible. «Si las bajadas de tipos impositivos nominales provocan, vía reducción de precios y su impacto incremental sobre demanda agregada y crecimiento económico, un incremento más que proporcional en la base imponible del impuesto –el gasto o consumo de los agentes económicos– sí sería posible».

Los ingresos tributarios por IVA suponen en torno al 33% de los totales antes de la cesión a entes territoriales. Y las últimas subidas se deben, fundamentalmente, al aumento de la base del impuesto, alimentada también por un ligero crecimiento en el tipo efectivo por el tratamiento fiscal de las importaciones. Rubio explica que el el consumo final sujeto a IVA, es decir la base imponible, experimentó una subida del 4,9% en 2015, similar a la del año anterior, tras las caídas registradas en los seis ejercicios precedentes. Asimismo, el gasto en bienes y servicios de los hogares, que se trata del principal componente de la base del impuesto, aumentó un 4,6%, impulsado por la mejora del consumo y contenido por la fuerte caída de los precios energéticos.