Macroeconomía

El Gobierno camufla la bajada del déficit con transferencias extraordinarias a las comunidades "por encima de lo que habría sido necesario"

Fedea, en su informe anual sobre las cuentas autonómicas, apunta que los datos brutos de déficit son "bastante engañosos". Alerta también de la persistencia del elevado gasto y del aumento de la presión fiscal

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Fedea ha presentado su 'Observatorio de las las cuentas autonómicas'Dreamstime

El déficit fiscal es persistente en las comunidades -con unos datos brutos "bastante engañosos"-, el gasto es muy elevado y la presión fiscal creciente, lo que provoca "un desequilibrio persistente". Estas son las principales conclusiones del 'Observatorio de las las cuentas autonómicas en 2023' elaborado por Fedea, que en base a los últimos datos publicados por la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), determina que el déficit presupuestario del conjunto de las comunidades autónomas se ha reducido ligeramente en 2023, situándose en el 0,91% del PIB nacional frente al 1,12% del año anterior, pero continúa "muy por encima del nivel de referencia del 0,3% establecido para el ejercicio y de los déficits alcanzados durante los años de pandemia", apunta.

Para Fedea, los "excelentes datos de déficit autonómico de 2020 y 2021" tienen un lado oculto, ya que indica que se deben fundamentalmente a un aumento de las transferencias extraordinarias del Estado "por encima de lo que habría sido necesario para cubrir los gastos generados directamente por la pandemia", lo que ha provocado un "efecto distorsionador" provocado por este aumento y posterior desaparición de estas transferencias extraordinarias. A esto se añade lo que denomina "peculiar mecánica" del Sistema de Financiación Autonómica (SFA), con "entregas a cuenta calculadas ex ante" y liquidaciones practicadas con un retardo de dos años, que ayudan a explicar el fuerte repunte del déficit durante los últimos dos ejercicios pese a la recuperación económica.

Pese a estas inyecciones extraordinarias, el informe apunta que en 2022 y 2023 "el déficit depurado se sitúa en torno a los dos tercios de punto de PIB, claramente por debajo del observado, pero a un nivel todavía preocupantemente elevado y muy superior a los objetivos de déficit establecidos" para las regiones. Una situación que alerta es "tan preocupante como la persistencia del déficit depurado es el comportamiento en 2021-23 de los gastos e ingresos subyacentes, que no parecen querer volver a sus niveles prepandemia".

Este 'think tank' de grandes empresas españolas estima que, "aunque no se puede excluir una corrección gradual" de este déficit, por el momento los datos apuntan a "un efecto escalón sobre el gasto por factores no relacionados con la pandemia, que podría ser persistente, y a una continuada deriva al alza de la presión fiscal".

Los analistas de Fedea también repasan la evolución de los ingresos, gastos y déficits autonómicos desde 2003 -depurados de atípicos-, entre los que se incluyen los flujos financieros extraordinarios relacionados con la crisis pandémica y los posibles errores de previsión en el cálculo de las entregas a cuenta. De este modo, explican que, mientras el déficit observado se redujo entre 2019 y 2021 "hasta casi desaparecer", ha repuntado "con fuerza" en 2022 y 2023, provocando un "desequilibrio entre ingresos y gastos" desde 2020. Aunque se ha moderado gradualmente, "con tendencia al estancamiento". en cuanto a los dos últimos ejercicios, este déficit depurado se sitúa en torno a los dos tercios de punto de PIB, "claramente por debajo del observado", pero a un nivel todavía "preocupantemente elevado y muy superior" a los objetivos marcados.

El texto incide que en las regiones han vuelto a "incumplir con claridad" el objetivo presupuestario, pese a que cinco de ellas (Navarra, Baleares, Canarias, Asturias y Cantabria) han cerrado el año con saldos positivos y dos más (Galicia y el País Vasco) han cumplido el objetivo de déficit. El resto han cerrado con un déficit superior al 0,3%, destacando Valencia y Murcia con déficits cercanos al 2,5% del PIB.

También ven "preocupante" el comportamiento de los gastos e ingresos subyacentes -entre los años 2021 y 2023-, que parecen "no querer volver a sus niveles prepandemia" a pesar de la rápida recuperación del PIB en ese período. Así, el gasto subyacente -excluidos los gastos extraordinarios atribuibles directamente a la pandemia- aumentó en 1,55 puntos de PIB entre 2019 y 2020 -fundamentalmente por la caída del PIB-, pero "sólo se ha reducido en medio punto desde entonces pese a la recuperación económica".

Por su parte, los ingresos subyacentes han aumentado gradualmente durante todo el periodo, con una ganancia neta de algo más de un punto de PIB entre 2019 y 2023. "Aunque no se puede excluir una corrección gradual, por el momento los datos apuntan a un efecto escalón sobre el gasto por factores no relacionados con la pandemia que podría ser persistente y a una continuada deriva al alza de la presión fiscal" que auguran persistente.