Empresas
«Hay que conseguir que el entretenimiento se considere una industria como en EE UU»
Es una soñadora que lucha por convertir en real lo que fluye como espectros en su fecundo mundo onírico. Sandra García Sanjuán afirma que es empresaria «desde que nací». «Siendo muy niña quería seguir el camino de mi padre y mi abuelo». Cuando empezó a hacer sus primeros pinitos en el mundo del entretenimiento y las celebridades, su progenitor, «que era de la vieja escuela, se echó las manos a la cabeza porque no entendía que se pudiera hacer negocio de algo tan abstracto». Si se le pide que se defina, apunta: «Quizá lo que más me caracteriza es que soy muy entusiasta, pongo mucho corazón en todo lo que hago, pero para hacerlo tengo que creérmelo. Si estoy convencida, voy a muerte». «Soy muy determinante y estoy continuamente trabajando para materializar los sueños y, entre tanto, sigo soñando», agrega.
– ¿También es políticamente incorrecta?
– Digo lo que pienso y siento porque en la vida no siempre hay que ir a favor de corriente y sostener lo que dicen las masas y la mayoría. Soy una persona de principios y valores. Y éstos son muy importantes para mí dada mi educación.
– ¿No tener pelos en la lengua le ha dado problemas?
– Me limito a decir lo que pienso y, si no se está de acuerdo conmigo, pues lo respeto igualmente. Creo mucho en el entendimiento. No trato de imponer mi criterio.
– He leído un reportaje en el que su madre la describe como «una mujer muy trabajadora, cabezota y luchadora».
– Ella ha sido, y sigue siéndo, una influencia importante en mi vida. Cuando era pequeña, creía mucho en mí. Le contaba los proyectos más locos que tenía en mi cabeza y me crecía mucho porque una de las personas a las que más admiraba, siempre me las alababa y me decía: «Si alguien es capaz de hacerlo, eres tú».
– ¿Estas cualidades explican por qué no sólo ha conseguido flotar, sino navegar en el salvaje mar de los negocios?
– Hay que inculcar a los niños desde chiquitos –es importante hacerlo en la escuela–, que crean en ellos mismos y no basen las decisiones en el miedo. El mayor error de nuestra generación es que nos han educado mediante la advertencia: «¡Cuidado, no te confíes... Estáte atento». Y todos estos miedos te acaban paralizando. La gente que triunfa es la que cree en ellos, hace un plan de vuelo y mide los riesgos, pero se lanza y apuesta decididamente porque, en caso contrario, no hará nada. Ahora bien, si no se está dispuesto a darse totalmente, mejor dejarlo, ni intentarlo.
– ¿Es duro ser empresaria en este país?
– Cuesta todo lo que suponga arriesgar. Es mucho más cómodo ser funcionario, pero para eso hay que valer. Esta profesión se lleva en la sangre y necesitas esa adrenalina indispensable para complicarte la vida y orillar la comodidad y la seguridad.
– ¿Cómo se portan las administraciones con los empresarios?
– No es cuestión de colores políticos. Hemos tenido rachas muy buenas y otras muy malas. Depende de las personas que estén al mando. Si es gente que se toma en serio su trabajo y que es consciente de que puede hacer que algo florezca o se marchite, no hay problema. Por otro lado, pienso que no se legisla para la gran mayoría, sino para esos pocos que hacen mal las cosas. Al final, hay tantos impedimentos, te ponen tantos palos en las ruedas, que movilizar cualquier recurso supone un esfuerzo exagerado. No necesitamos ayudas, sino que nos dejen trabajar.
– ¿A qué tipo de problemas teme más enfrentarse?
– Los más complejos y fatigosos son los que no dependen de ti. Los obstáculos forman parte del proceso de crecimiento. De hecho, hoy por hoy, mi marido y yo estamos muy agradecidos de todas las barreras que hemos tenido que ir saltando estos años. Si la primera edición no hubiera sido tan díficil y no hubiéramos registrado pérdidas, hoy no tendríamos unos cimientos tan sólidos. Enfrentarse a la adversidad es una bendición porque siempre sales fortalecido.
– Usted ha montado hasta ahora dos grande empresas: Avory Celebrity Acces y Grupo Starlite.
– Avoris lleva 25 años. Se dedica a contratación de artistas, celebridades y personajes públicos para campañas de publicidad, construir imagen de marca, conferencias, conciertos... Ahí jugamos un papel de intermediarios. Nos limitamos a facilitar la contratación. Ahora, Starlite ha pasado a ser un cliente prioritario. El grupo empezó siendo un festival, que cada año más es un destino; luego, hemos creado Starlite Universe, las marcas de cinco celebridades más una propia. Starlite se ha convertido en una plataforma de personajes para desarrollar facetas paralelas a la de su actividad habitual.
– ¿El «entertaiment» tiene en España mucho más recorrido?
– Sí, pero reiventándose porque se replican las mismas fórmulas y habría que empezar a desarrollar iniciativas de manera diferente. Tenemos muchas posibilidades porque es uno de los países con más festivales y, además muy disfrutón, por lo que le va como anillo al dedo este sector. El gran reto que tenemos es lograr que sea considerada una industria como en Estados Unidos.
– ¿Qué diferencia a Starlite?
– Cada año se reinventa de alguna manera. En su momento, fuimos disruptivos en dos líneas: optamos por conciertos para gente prémium, donde el espectador se pueda sentir cómodo, no tenga que hacer colas y pueda elegir entre distintas alternativas en función de lo que se desee pagar. Abrimos 10 horas diarias. Tras el concierto, hay diferentes espectáculos en vivo hasta las 6 de la mañana. Es un festival con un servicio muy personalizado.
¿Qué retos se han planteado para extender Startlite por todo el mundo? Ya lo han hecho en México.
- Más que implantarlo en distintos países, nuestro objetivo es traer a la gente de todo el mundo. La experiencia de México nos ha demostrado que el esfuerzo que hay que hacer es enorme, por lo que queremos es que cada año sea más plurinacional. La idea es convertir Starlite en un destino y construirlo con la vista puesta en el largo plazo. No descarto hacerlo en otros lugares porque nos llegan ofertas muy interesantes, pero no es la prioridad.
Usted siempre habla bien de su equipo.
-Es que es de primera. Un ejercito de gladiadores. Gente que se enamora del proyecto y se ilusiona. Llevamos un ritmo de trabajo tan acelerado y presionante que quien no quiere o no puede se descarta por sí mismo. Los trabajadores se llaman entre sí «starliters».
Más que un festival
Fundado por Sandra García Sanjuán y su marido, Ignacio Maluquer, Starlite empezó siendo un mero festival y, hoy, está estructurado en cuatro grandes divisiones. Starlite, el festival boutique más importante de Europa y que este año celebra su octava edición. La Fundación Starlite, la obra social que apoya iniciativas lideradas por celebridades y personalidades públicas. Starlite Universe, el primer «retail» experiencial de firmas de celebridades del mundo, con distribución a nivel internacional. La esencia de los artistas que diseñan sus propios productos se materializa en sus marcas: Antonio Banderas Design, Alejandro Sanz Music Designer, Valeria Mazza Design, Steven Tyler Time Traveler y Naomi Campbell Design, además de una propia del grupo. Y, finalmente, el fondo de inversión de reciente creación para apostar por proyectos de celebridades.
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