Iglesias quería una huelga general y no una manifestación

Así lo expuso a Toxo en una reunión en la que le dio «todo su apoyo».

Podemos se sumó casi inmediatamente a la movilizaciones anunciadas para diciembre por los sindicatos pero el escenario que Pablo Iglesias prefería no era el de concentraciones puntuales durante dos días sino el de una huelga general a nivel nacional que supusiera el pistoletazo de salida de la «legislatura caliente» que la formación morada tiene previsto poner en marcha antes incluso de que finalice este año. Ésta fue la oferta que puso encima de la mesa el secretario general de la formación morada cuando se reunió el pasado 16 de noviembre en Madrid con su homólogo en Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo. Finalmente, como ya anunció entonces, Toxo se inclinó por la «concertación social» y el diálogo con el Gobierno porque según dijo, «no es tiempo de huelgas». Lo cierto es que la capacidad de convocatoria de las grandes centrales sindicales quedó seriamente en entredicho tras el fracaso de la huelga general de marzo de 2012 y, en este sentido, la convocatoria de una «gran manifestación» para el 18 de diciembre en Madrid es una apuesta menos arriesgada.

Iglesias siempre ha reconocido que las huelgas generales las deciden las organizaciones sindicales, por lo que «son ellos los que tienen que juzgar». «Una huelga general nunca es una buena noticia» porque «revela que a los trabajadores no les ha quedado más remedio que utilizar una medida extrema y muy difícil», dijo Iglesias tras su reunión con Toxo. Sin embargo, no es ningún secreto que el secretario general de Podemos lleva acariciando la idea de una huelga general desde la investidura de Rajoy, ya que este tipo de gran evento mediático, en el que pretendía situar a su partido en primera fila, cuadra a la perfección con el estilo de oposición que quiere para su partido.

Tanto la muerte de una mujer mayor en Reus víctima de lo que la maquinaria de propaganda de Podemos llama «pobreza energética» como el motín en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Aluche, demuestra la voluntad de Podemos de aprovechar cualquier eventualidad para sus fines políticos. Iglesias cifra también en esta estrategia de movilización constante sus esperanzas para superar las disensiones internas que vive Podemos y crear una peculiar versión de la «tranversalidad» social que tanto echa de menos Errejón.

Fue precisamente el portavoz de Podemos en el Congreso quien confirmó que su partido apoyará las movilizaciones que los sindicatos han anunciado para diciembre en protesta por los límites establecidos por Rajoy, al diálogo social. Podemos participará en las concentraciones y manifestaciones del 15 de diciembre en toda España y en la «gran manifestación» el domingo 18 en Madrid, pero su papel consistirá en «secundar» la iniciativa de los sindicatos y «apoyarles». Errejón aseguró que el papel de su partido no es suplantar a las organizaciones sindicales y convocar estas movilizaciones, pero que si les darán su apoyo a los sindicatos. «Que sepan que cuentan con nuestro apoyo y que les acompañaremos, no sólo en la calle, sino también en nuestro trabajo en las instituciones, demostrando que las cosas se pueden hacer de otra forma», dijo. El número dos de Podemos ha recordado que la formación morada viene denunciando desde tiempo la política económica del Gobierno y pidiendo un «cambio de rumbo» alejado de «las chapuzas fiscales de Montoro» y la «obediencia» a la Troika. En la próxima ejecutiva de Podemos se tomará la decisión de manera oficial.