Bolsa
La segunda devaluación del yuan tumba los mercados
El Ibex sufre la mayor caída desde la crisis griega y pierde 19.700 millones de capitalización en sólo dos jornadas
El anuncio de la devaluación de la moneda china por segundo día consecutivo tuvo un impacto muy negativo en la mayoría de los mercados mundiales. El movimiento provocó un fuerte desplome en las bolsas europeas, que se dejaron una media del 3% tras una jornada negra. Los mercados de la región asiática tampoco se libraron y la mayoría cerró con pérdidas: los índices de Shanghái y Shenzhen perdieron un 1,06% y un 1,56%, respectivamente, Tokio cedió un 1,58%, Sidney cayó un 1,66% y Seúl se dejó un 0,56%.
El Banco Popular de China rebajó ayer un 1,62% el tipo de cambio de referencia del yuan respecto al dólar, algo que, sumado al descenso de casi un 2% del día anterior, supuso una caída de un 3,5% en las dos últimas jornadas. «Tras un breve periodo de adaptación», las fluctuaciones del yuan convergerán «en una zona razonablemente estable», señaló la institución financiera en un comunicado. En el mismo texto añadió que la devaluación podría continuar a corto plazo y la posibilidad de que haya más oscilaciones en el tipo de cambio que se fija a diario.
La bajada del martes, la mayor de las últimas dos décadas, situó el tipo de cambio en 6,3306 yuanes por dólar frente a los 6,2298 del día anterior, una rebaja que rozó el máximo legal del 2% posible de fluctuación con respecto a la moneda de EE UU. Sin embargo, el Banco Popular chino señaló que esta variación era «normal» y que la iniciativa «refleja no sólo la mejora de la orientación hacia el mercado, sino el rol clave que desempeñan la demanda y la oferta del mercado en la formación del tipo de cambio».
«Ha habido llamamientos internos para que el tipo de cambio sea más flexible o se devalúe el yuan para ayudar a estabilizar la demanda externa y el crecimiento», declaró a Reuters un economista que asesora a los responsables políticos de Pekín. La economía del país lleva semanas mostrando signos de desgaste y, a lo largo de 2015, la preocupación de las autoridades les ha hecho intervenir en diversos momentos.
En esta ocasión, los analistas coinciden al señalar que el anuncio por parte del Banco Central del país persigue dar un impulso a unas exportaciones claves para su economía, que han caído un 8,3% hasta julio en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Sin embargo, otros expertos vaticinan que esta rebaja acarreará un efecto colateral negativo. Anthony Doyle, director de inversiones de M&G Investments, apuntó que «la caída del yuan significará que el poder adquisitivo de empresas y hogares chinos se resentirá». A su juicio, «un yuan más débil sugiere una demanda menor, y podría desembocar en un menor crecimiento de las economías que exportan a China».
Muchos temen el inicio de una guerra de divisas entre los países exportadores de la zona como Japón, India o Taiwán. La bajada de los precios de las exportaciones de China puede suponer una presión para estos países y que finalmente decidan devaluar sus monedas para poder competir con el gigante asiático.
Por su parte, EE UU acogió la noticia con moderada cautela y señaló que «todavía es pronto» para evaluar las posibles implicaciones del cambio en la tasa de referencia. El país, que desde hace años ha criticado que el yuan esté infravalorado para favorecer las exportaciones chinas, exigió a través de su Tesoro público un valor de la moneda más ajustado al mercado. En un comunicado, destacó que seguirían presionando a China «para que encamine su economía hacia una mayor dependencia de la demanda interna».
Otros muchos interpretaron la nueva medida de Pekín como un intento de incluir su moneda en la canasta de divisas del Fondo Monetario Internacional (FMI), que conforman los derechos especiales de giro de la institución, algo para lo que las autoridades del gigante asiático llevan presionando hace tiempo.
Precisamente, el FMI calificó como «un buen paso» la decisión adoptada por China de reformar su sistema cambiario. Según señaló en un comunicado, el organismo que preside Christine Lagarde celebró que el nuevo mecanismo para determinar la paridad del yuan «debe permitir a las fuerzas del mercado desempeñar un papel más importante para determinar el tipo de cambio». Sin embargo, la institución financiera, con sede en Washington, avisó de que el «impacto exacto» dependerá de cómo se implemente el nuevo mecanismo.
Con este escenario, el Ibex 35 perdió un 2,44% al cierre y se anotó su mayor caída desde el pasado 29 de junio, cuando los inversores temían la salida de Grecia de la zona euro. Con el temor a una guerra de divisas, el selectivo español retrocedió hasta los 10.880 puntos, en su segunda jornada consecutiva de retrocesos, dos días en los que perdió casi un 3,8% y unos 19.700 millones de euros de capitalización.
El Cac 40 de París perdió un 3,4%, el Dax de Fráncfort se dejó un 3,27% y el Ftse Mib de Milán recortó un 2,96%. El euro subió y recuperó los 1,12 dólares tras la nueva devaluación del yuan.
Los valores españoles más afectados
- Inditex
El gigante textil, que superó los 100.000 millones de euros de capitalización el 5 de agosto, sufrió en bolsa el impacto de la devaluación del yuan en China, su segundo mayor mercado. Desde el lunes, las acciones de Inditex han perdido un 6,72%.
- Acerinox
La empresa, muy expuesta a las exportaciones chinas, lleva meses diversificando su negocio internacional para adaptarse a un posible parón del crecimiento del gigante asiático. Sus acciones acumulan un descenso del 7,04% en dos días.
- Arcelormittal
La firma vive una situación similar a la que registra Acerinox, ya que también sufre la variación en la demanda procedente de la economía china. Ayer perdió un 2,71%, lo que eleva hasta el 6,89% el retroceso registrado desde el lunes.
- Abengoa
Las acciones de la empresa energética perdieron ayer un 8,95% de su valor y lideraron los recortes en bolsa. Después de dos jornadas de fuertes ventas, los títulos de la compañía controlada por la familia Benjumea acumulan un désplome del 12,3%.
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