Banco de España
El Banco de España calcula que la economía creció 0,7 % en el segundo trimestre
El incremento del consumo ha tenido lugar en un contexto en el que la mejora sostenida del empleo ha seguido apoyando las rentas de los hogares
El Banco de España calcula que el crecimiento económico entre abril y junio fue del 0,7%, lo que supone mantener la tasa de los tres trimestres anteriores.
El Banco de España ha informado hoy, en su informe trimestral sobre la economía española, que el crecimiento económico de nuestro país entre abril y junio fue del 0,7 %, lo que supone mantener la tasa registrada en los tres trimestres anteriores, gracias a la fortaleza de la demanda interna por el elevado ritmo de avance del consumo privado.
Según dicho informe, los datos económicos siguen apuntando “a una ganancia de dinamismo de la economía mundial, común a las principales regiones, tanto avanzadas como emergentes, prolongando así la tendencia observada desde mediados del pasado año. La información más reciente apunta a una continuación de la fase expansiva, aunque no han desaparecido los focos de riesgo. Uno de los ámbitos en los que estos son más notorios está relacionado con el proceso de normalización de las políticas monetarias en las economías avanzadas y, muy especialmente, en Estados Unidos, país que se encuentra más avanzado en el ciclo económico”.
En lo que se refiere a España, nuestra economía habría continuado mostrando “un elevado dinamismo al comienzo de 2018. En concreto, se estima que, al igual que en los dos últimos trimestres de 2017, el PIB podría haber crecido un 0,7 % en el primero de este año. Las perspectivas para el período 2018‑2020 dibujan una prolongación de la etapa expansiva, si bien se espera que la intensidad del crecimiento se vea gradualmente mitigada a lo largo del horizonte de proyección, de modo que, tras el avance proyectado del 2,7 % en el promedio de este año, el producto podría aumentar a un ritmo del 2,3 % en 2019 y del 2,1 % en 2020, tendiendo a aproximarse de este modo paulatinamente hacia la tasa estimada de crecimiento potencial de la economía”.
Se espera en el medio plazo “una desaceleración del ritmo de avance de los mercados de exportación, al tiempo que el impacto adicional de las medidas de política monetaria adoptadas hasta la fecha sobre las tasas de crecimiento del producto tendría una magnitud decreciente, factores ambos que justifican la moderación paulatina del ritmo de avance de la actividad”.
En el lado positivo, “la mejora de la posición patrimonial de familias y empresas, junto con la de la competitividad exterior, que se está plasmando en superávits recurrentes en la cuenta del resto del mundo, aumenta la resistencia de la economía ante eventuales perturbaciones”.
Según su último informe trimestral de la economía española, este incremento del consumo ha tenido lugar en un contexto en el que la mejora sostenida del empleo ha seguido apoyando las rentas de los hogares, si bien se habría producido "cierto debilitamiento"al final del periodo por el repunte de la inflación.
Se pide también en el informe que las políticas económicas prioricen “proseguir con el proceso de consolidación fiscal que permita una reducción gradual del déficit público en términos estructurales y de la ratio de deuda pública sobre el PIB, de acuerdo con los requerimientos establecidos en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, a escala europea, y en la Ley de Estabilidad Presupuestaria, en el plano nacional”.
En cuanto al empleo, el Banco de España eleva una décima su tasa de crecimiento intertrimestral, hasta el 0,6 %, en tanto que la remuneración por asalariado experimenta un avance interanual superior al 1 % en el segundo trimestre.
Asimismo, indica que el deflactor del PIB se habría moderado en el segundo trimestre, en tanto que el del consumo privado habría aumentado, así como el vinculado a las importaciones, en este caso, por el encarecimiento del crudo.
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