Alemania
La Justicia alemana abre la puerta a prohibir los diésel
Merkel dice que habrá que analizar el fallo
Merkel dice que habrá que analizar el fallo.
En un fallo sin precedentes, el Tribunal Federal Administrativo de Alemania determinó ayer que las ciudades puedan prohibir el acceso a coches diésel para combatir la contaminación del aire. Una decisión que podría desencadenar graves consecuencias para la economía germana pero que, de primeras y a la par que las automotrices se deslizaban hacia abajo en la bolsa, hizo apuntar hacia un mismo sentido: la esfera política.
Tras el escándalo del «dieselgate», apuntaba la revista «Der Spiegel», y tras la promesa de los principales fabricantes que garantizaron automóviles ecológicos, los conductores alemanes tendrán que acarrear con las consecuencias de años de ineficacia política. Y parece que no hay marcha atrás. El Tribunal Superior de lo Contencioso-administrativo consideró en dos sentencias sobre los casos de Stuttgart y Düsseldorf que las ciudades, para garantizar que se respeten los límites de contaminación atmosférica, pueden tomar esa medida sin esperar a una ley nacional o a un posicionamiento del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (UE).
Medidas proporcionadas
El fallo, que podría afectar hasta a vehículos diésel con el estándar comunitario «Euro 5», comprados hace pocos años, subraya que las medidas que se tomen deben ser en todo caso «proporcionadas». Además, el tribunal prevé excepciones en cualquier prohibición –para trabajadores manuales o servicios de emergencias, por ejemplo– y descarta compensaciones para los damnificados por una medida de este tipo. La sentencia tiene una enorme repercusión en Alemania pues afecta a ciudades, «Länder» y al Estado federal y a particulares y empresas que utilizan vehículos diésel, y pone de nuevo en la diana al sector del motor, el primer exportador del país, que podría tener que afrontar nuevas demandas para modificar los motores diésel, tras el fraude en las emisiones.
Al respecto, Angela Merkel aseguró que de la sentencia no se derivan «en ningún caso» repercusiones para «toda la superficie del país o todos los propietarios de vehículos» y avanzó que analizará junto a los «Länder» y municipios la decisión judicial.
Según la Oficina Federal para el Medioambiente, cerca de 70 ciudades alemanas superaron en 2017 el tope fijado por la normativa europea. Entre las más afectadas destacan Stuttgart y Múnich, aunque el problema es compartido por la práctica totalidad de las grandes ciudades alemanas, como Colonia, Hamburgo, Düsseldorf, Fráncfort y Berlín.
El sector privado, advirtió el ministro de Transporte, el conservador Christian Schmidt, podría verse «enormemente» afectado por este fallo, ya que si se extienden las prohibiciones se verían afectados sectores como el transporte, la logística, el comercio minorista o la gastronomía. «El objetivo es, como antes, evitar las prohibiciones» generales, aseguró Schmidt. Por su parte, la ministra de Medioambiente, Barbara Hendricks, afirmó que la sentencia «ha subrayado el derecho de los ciudadanos a un aire limpio».
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