Prima de riesgo
España recupera la confianza
El Tesoro coloca 5.816 millones en bonos con fuerte demanda extranjera y consigue rebajar los intereses en la primera subasta de deuda del año. El interés del bono a 10 años cae por debajo del 5% por primera vez en diez meses y la prima se reduce a 334 puntos
España comenzó ayer la contrarreloj de la financiación en 2013 de la mejor forma posible, con rebajas en los intereses de colocación, alta demanda en la primera subasta de deuda del Tesoro y desplome en la prima de riesgo de invertir en nuestro país. En concreto, el departamento que dirige Íñigo Fernández de Mesa captó 5.816 millones de euros (por los 5.000 millones previstos) en bonos a dos, cinco y trece años en una emisión en la que aprovechó la elevada petición de «papel» y los bajos rendimientos para «hacer caja» ante lo que pueda venir en próximas citas. El país recuperó la confianza de los inversores, especialmente de los extranjeros, que son los que al final marcarán la senda del posible rescate o la autonomía financiera de nuestro país. Sin ellos, el objetivo de esquivar la intervención europea será mucho más difícil, y el Gobierno mantendrá su estrategia de apilar deuda sobre deuda para refinanciar la ya existente, pagar el déficit de este ejercicio y los vencimientos de las CC AA. En total, 230.000 millones en bonos y Letras durante el presente ejercicio.
Menores intereses
La rentabilidad pagada en la emisión de las tres referencias cayó respecto a la subasta anterior al mismo plazo, y el efecto en el mercado de deuda fue casi inmediato. El diferencial de nuestro país frente a Alemania (la famosa prima de riesgo) se redujo un 8,5%, hasta los 334,4 puntos básicos –32 puntos menos que el miércoles y 60 por debajo de 2012–, y la rentabilidad de la referencia española a diez años cayó por debajo del 5% y se situó en niveles desconocidos desde el primer día de marzo del pasado ejercicio. A cinco años, el cupón cayó hasta el 3,529% en el secundario, mientras que a dos años, los bonos se relajaron hasta el 2,11%, por debajo del rendimiento pagado en subasta y una cota que no tocaba desde 2011.
En la emisión se estrenaron precisamente los bonos a dos años con gran interés por parte de los inversores, ya que esta referencia captó 3.369,79 millones de euros, el 58% del total. El interés marginal se situó en el 2,587%, mientras que la demanda se disparó hasta los 7.016 millones (2,07 veces el capital colocado). A cinco años, el Tesoro colocó 1.949,97 millones de euros al 4,033%, un 15,4% más barato que en la anterior subasta al mismo plazo, con peticiones por valor de 5.050 millones por parte de bancos y fondos de inversión. Los 469,7 millones restantes se adjudicaron a 13 años y medio con un rendimiento del 5,569% anual y mucha demanda.
Italia también triunfa
El segundo país de los «too big to fail» de la zona euro no quiso perderse la euforia compradora del mercado, y colocó 8.500 millones en Letras a un año con un interés medio del 0,864%, el más bajo de los últimos tres años. El secundario de deuda soberana premió la subasta con un recorte del 2,69% en el interés del bono transalpino a diez años, que cerró la sesión en el 4,158%. La prima de riesgo del país se relajó hasta los 259,8 puntos básicos, 74,6 menos que la española.
En Bolsa, el Ibex 35 aguantó el nivel de los 8.600 enteros gracias a una tímida subida del 0,15%, que eleva hasta el 5,54% la lograda en lo que llevamos de año. Milán fue la plaza más alcista de entre las grandes, con una revalorización del 0,72%, mientras que Fráncfort y París registraron ligeras caídas. Al otro lado del Atlántico, Wall Street aguantó en positivo con ligeros avances en sus principales índices. El euro, por su parte, protagonizó un «rally» comprador que elevó su cruce respecto al dólar estadounidense hasta los 1,326 «billetes verdes», un 1,55% más que el registrado al cierre de la víspera.
Tras la buena acogida recibida por las emisiones de deuda corporativa de las empresas de nuestro país (que pagan intereses incluso menores que los del Estado), el Tesoro disipó ayer, al menos temporalmente, las posibles sombras que los analistas dibujaban sobre la deuda soberana española. El mercado sigue con la mirada puesta en los efectos de las subidas de impuestos en las cuentas públicas de nuestro país y en el desarrollo de la consolidación fiscal en las autonomías, un objetivo muy ambicioso que, al menos hasta noviembre, sí logró reducir el abultado déficit del Estado central.
El respaldo de Mario Draghi a la deuda de los periféricos con su plan de compra de bonos de hasta tres años en el mercado secundario, la disposición de la Comisión Europea de ayudar a los países en proceso de reforma y la ambiciosa planificación de recorte del déficit del Gobierno son los tres grandes factores que están dando aire a España. Los inversores se sienten seguros de que recuperarán el capital invertido en deuda pública nacional, ya que si no lo consigue devolver nuestro país, lo hará el resto de miembros de la zona euro.
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