Roma
La sombra de los suicidios de «Tangentópoli»
Más de 20 personajes ilustres se quitaron la vida entre 1992 y 1994, dejando en evidencia el sistema corrupto de Italia.
A partir de las extrañas circunstancias en las que se enmarca el fallecimiento de Miguel Blesa en los últimos días, surge un fuerte paralelismo con la Italia de 1992 y el desarrollo del caso «Mani Pulite», conocido periodísticamente como «Tangentópoli». El año 1992 provocó en Italia una serie de «suicidios ilustres» –11 ese año, 10 en 1993 y otros tantos en 1994, entre ellos Raúl Gardini (Enimont) y Gabriele Cagliari (presidente de ENI)– que pusieron aun más en relevancia el sistema corrupto entre los políticos y los empresarios italianos. Solo para dar una idea, empezará a hablarse, periodísticamente, de «Segunda República».
En plena crisis institucional, un equipo de jueces pertenecientes a la Fiscalía de Milán, con Antonio Di Pietro, Gherardo Colombo y Piercamillo Davigo a la cabeza; formaron el conocido «pool» del caso «Mani Pulite» (en italiano, «Manos Limpias») que tirarán de la manta hasta destapar el mayor caso de corrupción de la Historia de Italia.
Un paso atrás: Febrero, 1992. El líder de los socialistas de Milán, Mario Chiesa, es detenido con un sobre con unos 3.600 euros entregado por el propietario de una pequeña empresa de limpieza. Se comienzan a investigar diferentes concursos públicos relativos a hospitales y empresas municipales de Milán. Poco a poco, se llegará a imputar a Severino Citaristi, el tesorero de la Democracia Cristiana (DC), «el» partido del país.
En julio de 1992, Bettino Craxi, entonces secretario general del Partido Socialista (PSI), confirmará la existencia de la financiación ilegal de los partidos en Italia. En septiembre, el secretario general del PSI en Lombardía, Sergio Moroni, terminaría suicidándose tras hablar de la «gran hipocresía» en relación al sistema de financiación ilegal de los partidos. En diciembre de ese mismo año, Bettino Craxi será imputado. Los números del caso «Mani Pulite» serán espectaculares: 4520 imputados y 1233 condenas, y los principales partidos –Democracia Cristiana (DC), Partido Socialista (PSI) y Partido Comunista (PCI)– dejarán prácticamente de existir. Bettino Craxi, cercado por la Justicia italiana y a punto de ser detenido, se fugará a Túnez. En cuestión de meses, tendrá lugar la primera victoria electoral de Silvio Berlusconi en mayo de 1994. El resto es memoria reciente.
Hoy, 25 años después de aquellos «suicidios ilustres» que marcaron las investigaciones del equipo de fiscales de «Mani Pulite»; España e Italia se ven unidas en un peligroso paralelismo.
Un paralelismo donde determinadas personas relacionadas con el poder político y económico mueren en extrañas circunstancias. Sólo el tiempo dirá si, efectivamente, se trataba de una serie de coincidencias aisladas. O sistemáticas.
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