Energía
Las eléctricas prevén otro invierno de precios de la luz altos
La falta de lluvias y de viento reducirá la producción de energía hidráulica y eólica, las fuentes más baratas.
Los expertos auguran un invierno seco y anormalmente cálido. Con la sequía acumulada, que ha reducido en lo que va de mes un 34,6% la aportación de la hidráulica a la producción de energía y un 48,2% su cuota en lo que va de año, no parece que vaya a remontar la situación en los embalses, que tanto en 2015 como en 2016 fue la tercera tecnología de la que más tiró el sistema eléctrico español, superando cuotas del 20% en ambos ejercicios. Tampoco se prevén meses de alta eolicidad, lo que reducirá también la aportación de la energía eólica al conjunto del sistema. Los molinos han logrado remontar y, en el acumulado del mes, la energía eólica ha representado un 71% más. Sin embargo, en lo que va de año, la energía eólica, cuyo megavatio producido está entre los más baratos junto con el hidráulico, arroja un saldo negativo del 3,2%. La buena noticia es que no se esperan olas de frío prolongadas. De hecho, en las proyecciones de la Aemet, la agencia meteorológica española, el invierno será entre 1 y 3 grados centígrados más cálido de lo habitual, lo que podría favorecer que el consumo eléctrico doméstico sea inferior al del invierno anterior. Pese a todo, y con las reservas hidráulicas bajo mínimos, las eléctricas creen que los precios de la energía podrían dispararse a niveles similares a los del pasado año, aunque sin que se lleguen a registrar picos de 100 euros el megavatio/hora (Mwh), como ocurriera en 2016, una anomalía por la que Competencia (CNMC) ha abierto un expediente a Gas Natural Fenosa y Endesa, al considerar que se alteraron las condiciones normales del mercado con el propósito de encarecer el precio de la electricidad. Las fuentes del sector consultadas por este diario pronostican tensión en los precios, pero aseguran que las eléctricas harán «todo lo posible para que no se vuelva a generar la alarma del pasado año» entre los consumidores.
Por ahora, el otoño se ha comportado en parecidos términos al del pasado ejercicio. De hecho, los precios de la electricidad en octubre y noviembre superaron este año a los de 2016. Así, en octubre del año pasado, el precio final anual de la demanda nacional fue de 61,21 euros MWh mientras que en octubre de 2017 superó ese precio, yéndose a los 64,96 euros Mwh. En noviembre ha ocurrido prácticamente lo mismo. La falta de viento y reservas hidráulicas elevaron aún más los precios el pasado mes, dejando el megavatio hora en 66,85 euros por los 63,86 euros Mwh registrados el mismo mes de 2016. La pasada ciclogénesis Ana ha logrado atemperar los precios en diciembre, que rondarán los 68,96 euros Mwh con los que se cerró el pasado año a la espera de que se casen los datos del mes.
La cuestión es determinar si el próximo enero se repetirán las mismas circunstancias que en el mismo mes de 2017, cuando el precio final del megavatio en la demanda final se fue hasta los 81,61 euros con picos diarios por encima de los 100 euros Mwh. Las perspectivas no son del todo halagüeñas. Las reservas hidráulicas dan para generar 4.446 Gigavatios/hora sobre una capacidad máxima de 18.538 Gwh. Esto significa que las reservas para la producción de energía eléctrica están al 24% de su capacidad cuando en las mismas fechas del pasado año estaban al 41,2%. Salvo que los meses de enero y febrero sean bastante más lluviosos de lo normal, la aportación de la energía hidráulica irá menguando progresivamente, lo que de por sí encarece los precios de la electricidad. Eso implicará la entrada de energías de respaldo más caras, como los ciclos combinados. El hecho de que se espere un invierno más cálido implica, además, menor influencia de borrascas y, por tanto, de viento fuerte, el otro motor que abarata el megavatio. Las eléctricas están decididas a evitar a toda costa que los precios se disparen, pero hay otros factores además del consumo doméstico que tensionar los precios de la electricidad.
Fábricas
Entre ellos está el aumento de la demanda industrial. El consumo eléctrico de las grandes y medianas empresas aumentó un 4,1% en noviembre respecto al mismo mes del año anterior, a razón de un 4,7% en el sector industrial y de un 1,5% en el sector servicios.
Otra cuestión es la demanda que provenga de Francia, que mantiene parados una veintena de sus 58 reactores nucleares y que debe definir en el año próximo cómo va a afrontar la transición energética para que su dependencia de la nuclear pase del 72,27% actual al 50% 2025.
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