Cumbre de la UE
Los países del norte y los del sur vuelven a enfrentarse en el debate entre la austeridad y el crecimiento
Los países del norte de la UE y los del sur han vuelto a enfrentarse este jueves en el debate entre austeridad y crecimiento. Finlandia, Holanda y Suecia han rechazado aumentar el gasto y han defendido que las reformas estructurales son "el mejor estímulo económico", mientras que España, Francia e Italia han reclamado que la "única prioridad"sea el crecimiento.
El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, ha admitido que "estamos alcanzando los límites de lo que es socialmente aceptable"y el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, ha dicho que no excluye "el riesgo de una rebelión social". Pero ambos han defendido seguir con la estrategia de ajustes de la UE.
También el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha apostado mantener la actual política y ha dicho que en el debate entre austeridad y crecimiento no es una cuestión "de blanco y negro, sino que los matices importan". "Como algunos dirían, hay muchas sombras de gris", ha señalado, en referencia irónica al bestseller 'Cincuenta sombras de Grey'.
"Debemos encontrar el equilibrio correcto. No superaremos una crisis de deuda con más deuda, no crearemos empleo si las empresas no tienen acceso al crédito, pero nada nos traerá confianza y oportunidades si nuestras economías siguen contrayéndose", ha dicho Van Rompuy.
"Voy a plantear la necesidad de mejorar las medidas de crecimiento, de resolver los problemas de financiación, que existen y son muy importantes, del desempleo juvenil, y de que se continúe avanzando en la unión bancaria, la unión fiscal y en la unión política y económica", ha dicho el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a su llegada a la reunión del PP europeo previa a la cumbre.
Por su parte, el presidente francés, Franois Hollande, ha reclamado "flexibilidad"en la aplicación de las reglas de disciplina fiscal de la UE. "La flexibilidad es necesaria si queremos que el crecimiento sea la prioridad", ha apuntado. "Si hay demasiada rigidez, habrá demasiado paro", ha sostenido.
El primer ministro italiano saliente, Mario Monti, que fue el gran derrotado en las elecciones pese a haber puesto en marcha los ajustes
y reformas que exigía la UE, ha pedido a sus homólogos "reflexionar en negativo o positivo sobre el caso italiano porque es un caso que, más allá de la importancia de Italia como uno de los grandes estados miembros, se presta a reflexiones más generales".
La canciller alemana, Angela Merkel, patrocinadora de la estrategia de la austeridad, se ha mantenido esta vez al margen del debate y se ha limitado a señalar que la UE debe dar prioridad a la lucha contra el paro juvenil. "El dinero está ahí y ahora hace falta que llegue a las personas, para que los jóvenes en Europa tengan puestos de trabajo", ha señalado.
Pero sus aliados tradicionales sí han sido explícitos. "El debate académico sobre la austeridad frente al crecimiento tiene poco valor para los europeos con dificultades para encontrar un puesto de trabajo o mantenerlo", ha dicho el primer ministro finlandés, Jyrki Katainen. "Las reformas estructurales puede que no den frutos de la noche a la mañana pero son el mejor estímulo económico sostenible", ha subrayado.
Su homólogo sueco, Fredrik Reinfeldt, ha rechazado relajar los objetivos de déficit de los países en crisis y les ha pedido que sigan reformando el mercado laboral y fortaleciendo la lucha contra la corrupción. "Hay países que todavía necesitan medidas de austeridad porque tienen déficits enormes y si no lo afrontan los mercados internacionales les golpearán duro", ha afirmado.
"Hay otras cosas que se pueden hacer que no están ligadas a medidas de austeridad", ha proseguido, "se pueden reformar los mercados laborales, se puede aumentar la lucha contra la corrupción por parte de las instituciones". "Nada de esto está ligado al presupuesto pero debe hacerse", ha insistido el primer ministro sueco.
Por su parte, el holandés Mark Rutte se ha mostrado partidario de impulsar el crecimiento siempre que ello no suponga invertir dinero extra. "Hay muchas posibilidades que no cuestan ni un euro, como reforzar el mercado interior o reconocer los diplomas educativos", ha señalado.
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