Más retrasos para sacar al sector del atolladero

Seis meses tardará el consorcio al que ha adjudicado la Sareb o «banco malo» la «due diligence» de sus activos en tenerla concluida. No será hasta entonces cuando se conozca el valor real de los pisos, suelos o locales que tiene en su balance. Una vez ponderado, podrá poner el grueso de los mismos en el mercado. Estos meses son un tiempo que expertos en el sector inmobiliario consideran tan precioso como perdido para desatascar el sector inmobiliario. «Ahora hay que esperar a ver qué pasa con esos activos y cuál es el precio con el que se pondrán a la venta. Hasta que no suceda esto, el resto del mercado permanecerá congelado, y a la espera de ver los valores en los que se mueve la Sareb para poder competir con ella», explica un alto ejecutivo de una consultora inmobiliaria.

Lo mejor para evitar esta pérdida de tiempo hubiera sido, a su juicio, que cada entidad financiera hubiera creado su propio «banco malo». «Se les habría prestado el dinero que necesitasen para tapar su agujero inmobiliario y, a partir de ahí, a vender, sabiendo que todo lo que sacasen sería beneficio para devolver la ayuda», explica. Las entidades, asegura, son las que mejor conocen el estado real de estos activos y el precio al que pueden colocarlos en el mercado y, de hecho, «algunas llevaban un muy buen ritmo de ventas en los últimos meses que ahora veremos si pueden mantener», remacha.

Además, este próximo jueves Ceiss, Liberbank, Caja 3 y Banco Mare Nostrum transferirán a su vez sus activos al «banco malo», valorados en alrededor de 35.000 millones de euros, con lo cual se complica su labor. El 31 de diciembre pasado, la Sareb recibió los activos de las entidades nacionalizadas –Bankia, Catalunaya Banc, NCG Banco y Banco de Valencia– por un valor conjunto de 36.695 millones de euros. La transmisión de estos activos ligados al «ladrillo» se realizará a cambio de bonos emitidos por la propia sociedad de gestión, que cuentan con la garantía del Estado. La Sareb ha ampliado su capital en 1.200 millones de euros y ha dado entrada a Iberdrola.