Laboral

El mercado laboral envejece: la edad media de los asalariados ha crecido seis años desde 2000, hasta los 43,5 años

Esta tendencia amenaza con una merma de la productividad, principal motor del crecimiento económico a largo plazo, alerta Funcas

Un camarero limpia una mesa en una terraza
Un camarero limpia una mesa en una terraza David ZorrakinoEuropa Press

El mercado laboral refleja fielmente una de las grandes problemáticas a las que se enfrenta la sociedad española: el envejecimiento de la población es irrefrenable. Según la última publicación de 'Papeles de Economía Española' editada por Funcas, la caída de la natalidad, registrada desde mediados de los 70, y el aumento de la longevidad han hecho que la edad media de la población trabajadora en España aumente en cinco años desde el año 2000. Si nos fijamos sólo en los trabajadores asalariados la fotografía es aún más pesimista: la edad media ha subido seis años desde principios de siglo. El riesgo de esta tendencia reside en una merma de la productividad, principal motor del crecimiento económico a largo plazo, alerta Funcas.

El estudio dedicado al cambio demográfico en España indica que la menor natalidad y el aumento de la longevidad están provocando una drástica recomposición por edades de la población, que tendrá efectos no sólo en el tamaño de la fuerza laboral o la evolución de la productividad, sino también en la composición de la demanda de bienes y servicios o las prioridades en el gasto público de los gobiernos.

"El cambio demográfico acabará configurando un mercado de trabajo muy diferente al que hemos tenido en décadas pasadas, con consecuencias socioeconómicas intensas", apunta la Fundación de las Cajas de Ahorro en una nota. La muestra más flagrante es la edad media de la población trabajadora. Las edades medias han aumentado aproximadamente en cuatro años en la población ocupada no asalariada (de 44 a 48 años) y 6,5 años en la asalariada (37,5 a 43,5 años), con pocas diferencias entre sectores de actividad.

De acuerdo con el estudio, si bien el envejecimiento de la población ocupada es "especialmente intenso" entre los no asalariados, varones, empleados públicos, trabajadores de empresas pequeñas y comunidades autónomas del norte-occidental, se trata de un fenómeno general. En 2022, los sectores de actividad más envejecidos fueron el primario y los de actividades financieras e inmobiliarias, para los no asalariados, y los sectores de la Administración pública, educación, sanidad y transporte y actividades financieras e inmobiliarias, para los asalariados. Por ocupaciones, el envejecimiento fue más acusado entre los grupos de mayor cualificación profesional (directores, managers, técnicos y profesionales de apoyo), puestos a los que los jóvenes acceden con una muy baja probabilidad.

En el análisis, realizado por Brindusa Anghel, Juan Francisco Jimeno y Pau Jovell, también observan una desaceleración en la entrada al mercado laboral a partir de los 45 años y una caída acusada a partir de los 60 años, algo que los autores del estudio achacan a "una intensa disminución de la productividad en esos grupos de edad". El informe calcula que, en las últimas dos décadas, la población ocupada ha aumentado en torno al 18%, pero mientras que en el caso de la población ocupada de más de 50 años se ha multiplicado por dos, la población ocupada de 16 a 29 años se ha reducido a la mitad. El envejecimiento es más notable entre los asalariados, grupo en el que la población mayor se ha multiplicado por 2,5. Sin embargo, la falta de jóvenes que reemplazan a los trabajadores mayores es de mayor magnitud entre los no asalariados, grupo en el que la población ocupada joven se ha reducido un 40% en poco más de dos décadas.

"Este fenómeno, que complica la sustitución generacional de trabajadores en todos los segmentos del mercado de trabajo, afecta al crecimiento agregado de la productividad", concluyen desde Funcas, y apuntan a la inmigración y la natalidad como "claves" para "frenar y revertir este proceso de envejecimiento". Como dato, en 2022 la edad media de los ocupados y asalariados de nacionalidad extranjera era 3,4 años inferior a la de las mismas poblaciones con nacionalidad española.

La tasa de natalidad en España es una de las más bajas de la OCDE

La tasa de natalidad en España es una de las más bajas de la OCDE y esto se debe a diversos determinantes como la inestabilidad laboral, que se deriva de la alta incidencia de los contratos temporales, y el elevado desempleo en España, señala en su análisis Virginia Sánchez-Marcos de Funcas. La autora apunta además a la escasa flexibilidad laboral y, en concreto, la elevada incidencia de la jornada partida, que desincentiva la natalidad entre las mujeres con un mayor coste de oportunidad de abandonar el mercado de trabajo, como es el caso de aquellas con estudios universitarios. También afecta negativamente a la fecundidad la elevada tasa de temporalidad, señalan en otro análisis las autoras Lydia Prieto y Judit Vall. En concreto, España es el segundo país con la tasa de temporalidad más alta de la Unión Europea y el primero en tasa de parcialidad involuntaria (o tasa de subempleo).

Reformas de las pensiones "especialmente sangrantes"

En cuanto al futuro del sistema de pensiones, los autores Sergi Jiménez y Analía Viola constatan en su análisis la inversión de la pirámide poblacional en las próximas décadas y critican las dos últimas reformas por ser "especialmente sangrantes"."Condicionadas por la sostenibilidad política y la presión de los ya jubilados, expanden el gasto y, en menor medida, el ingreso", señalan. Según los autores una posible solución a la espiral de ingresos y gasto es guiar la generosidad del sistema repartiendo los futuros incrementos de salarios reales entre aumentos nominales de derechos de pensión y reducciones de la generosidad. También aconsejan mejorar el engarce entre el sistema de pensiones y mercado de trabajo, facilitando una transición suave entre la participación en el mercado laboral y la jubilación, mediante el desarrollo de un sistema avanzado de jubilación activa.