Economía
"Ocurre mucho que no somos quienes debíamos haber sido, ni hacemos lo que vinimos a hacer"
Pilar Pascual. Directora general de la Fundación Pascual
Es usted muy amable. Llamo para entrevistarla y me da las gracias por mi labor a favor de la visibilidad y el liderazgo de la mujer.
– Es que gracias a mujeres como usted, mujeres que comparten y de las que aprendo muchísimo, me dedico a lo que quiero en esta «cruzada» por hacer un mundo mejor.
– Usted lo hace como directora general de la Fundación Pascual y presidenta del Centro de Investigación en Valores (Civsem). ¿Cómo llega hasta aquí?
– Gracias a la influencia del Instituto de Empresa Familiar, mi padre toma conciencia de la importancia de garantizar la continuidad de la compañía y de extender su legado. Nos reunimos con un consultor y me preguntaron qué me gustaría hacer en la empresa. Interrogante clave. Llevaba mucho tiempo dándole vueltas... había visto un reportaje sobre la hija de Paul Newman, a la que su padre había cedido el negocio de los «crackers», uno de sus productos. Y ella montó una fundación. Me llamó la atención ese modelo americano que mezclaba empresa con acción social.
– ¿De ahí surgió la idea?
– De ahí y de otras reflexiones. En televisión vi también un programa sobre una mujer mayor en Harlem que acogía en su casa a una decena de jóvenes marginales. Cuando podían ganarse la vida, se independizaban y ejercían de hermanos mayores de otros que llegaban nuevos. Como le decía, me ha animado siempre mucho ver lo que otras mujeres han hecho. «Si esta abuelita puede, yo puedo», pensé. Así que cuando llegó la pregunta del consultor, tenía claro que lo que quería era trabajar desde la empresa en favor de las personas.
– ¿Cómo lo hizo?
–Mi hermana Sonia y yo descubrimos hace tiempo que nuestra verdadera gran riqueza son los valores que hemos recibido de la familia. Hicimos un programa internacional con el director de Desarrollo de Personas y el director general de Recursos Humanos. Y ese curso nos cambió la vida a todos. Hoy cuento con herramientas con las que puedo hacer frente a lo que venga. Al terminar el programa, creamos en 2008 el Centro de Investigación de Valores (Civsem). La Fundación nace en 2011, para darle la estructura adecuada al proyecto.
– ¿A qué se dedican?
– Nos hemos convertido en aquella abuelita de Harlem, y damos a las personas herramientas para vivir. Porque ocurre mucho que no somos quienes debíamos haber sido, ni hacemos lo que vinimos a hacer, ni estamos donde teníamos que estar.
– Eso es frecuente en las mujeres...
– Así es. La presión de la sociedad y otros factores nos llevan a menudo a lugares que no nos corresponden. El Programa de Desarrollo Personal y Orientación Profesional (DPOP) es uno de nuestros principales programas. Han pasado ya más de 10.000 personas por nuestras aulas. Nadie sabe realmente a lo que va, pero el programa da un vuelco a sus vidas.
– ¿Cómo se financian?
– Contamos con un presupuesto de unos 500.000 euros en aportaciones y unos 300.000 de facturación. Estamos en Madrid, Barcelona, Málaga, Segovia.... y queremos ser sostenibles; no podemos depender de patronos, que un día se acaben las aportaciones y no podamos seguir. Hemos crecido mucho, empezamos con 14 alumnos y hemos llegado a 300 por la mañana y 300 por la tarde.
– ¿La Fundación es el alma de su empresa y su familia?
– He querido involucrar a todos los hermanos. Sonia y yo, con el Centro de Valores, y Tomás, más en línea con fomentar el emprendimiento a través de Madrid Innovation Driven System (MIDE). Nos unimos al MIT para crearlo. Y Borja, el pequeño, que apuesta por proyectos de agua. Ya somos los cuatro. la Fundación.
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