Carlos Rodríguez Braun
Pagar menos
Otempora, o mores. Que en latín quiere decir: tenga usted cuidado con las consignas políticas. Y en italiano se dice: «Il governante é mobile, qual piuma al vento». Por ejemplo, todos recordamos los años en que numerosos políticos nos aseguraban, en España y en Europa, que para crear empleo lo mejor era reducir la jornada laboral. Puro sentido común, proclamaban: si somos menos trabajadores, tocaremos a más empleo.
Dirá usted: siempre son dislates análogos. No siempre. Por ejemplo, los mismos socialistas que ahora son contrarios a los desahucios, hace poco promovían los desahucios exprés. En la medida en que entonces protegían a los propietarios damnificados por inquilinos que no cumplían sus contratos, su posición era menos absurda que la de quienes jugaban con el empleo como si fuera una tarta.
Pues bien, ese mismo argumento disparatado llevó a los políticos de todos los partidos a facilitar la jubilación anticipada: se sostenía seriamente que así se animaba el empleo. Falso como una moneda de dos caras. Pero el camelo se mantuvo mientras la economía crecía, y la factura de estos onerosos juegos redistributivos podía escamotearse repartiéndola entre muchos millones de contribuyentes y cotizantes. Pero cambió el viento, vino la crisis, y donde dije digo, digo Diego. Primero los socialistas y después los populares recorrieron el mismo camino: no sólo subieron los impuestos, sin duda la peor de las medidas posibles, sino que, cuando se vio que esto daba sus habituales frutos, abortaba la recuperación, aumentaba el paro y hundía al país otra vez en la recesión, cambiaron el discurso.
Ahora, en vez de propiciar la jubilación anticipada, toca el «envejecimiento activo» –no me dirá usted que no son buenos para la retórica–. Donde todo eran facilidades para los subsidios de paro, ahora son dificultades. Se trata de pagar menos. Ellos, claro.
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