Pensiones congeladas en el 0,25%

La institución eleva medio punto su previsión de crecimiento para España en 2017, hasta el 3,1%, pero alerta de la enorme deuda pública y pide más competitividad, subir el IVA y compensar la jubilación con planes privados.

Los «doctores» que diseccionan la economía española para el Fondo Monetario Internacional (FMI) están asombrados. Han observado cómo un enfermo terminal salía del quirófano por su propio pie y ahora lo ven competir de nuevo, superando de lejos a sus rivales. Sin embargo, los expertos, que tienen nombres y apellidos (Andrea Schaechter, jefa de la misión en España, y Udaibir Das, responsable del sector financiero), advirtieron ayer de los riesgos de recaída, motivados por el envejecimiento de la población y los fuertes costes de las pensiones públicas, principalmente.

En su informe anual, el FMI dejó clara la «impresionante» expansión económica, «holgadamente superior a la media europea», y la creación de empleo por cuarto año consecutivo, lo que ha provocado la «probable» recuperación del PIB pre-crisis en el segundo trimestre de este año. «Gracias a las reformas efectuadas, la economía se ha vuelto más competitiva, flexible y resistente. El dinámico sector de los servicios, orientado en gran parte a la exportación, ha sustituido al desproporcionado sector de la construcción y, junto con la recuperación de la industria manufacturera, han contribuido a mejoras sostenidas de la balanza por cuenta corriente», destacan los analistas del organismo que preside la francesa Chirstine Lagarde.

Por si esto fuera poco, el acelerón ha venido acompañado por un significativa reducción del nivel de endeudamiento privado, que se encuentra hoy «en niveles más gestionables» con un sector bancario en una posición «más sólida». Esta situación lleva a los expertos a pronosticar que el crecimiento del PIB alcance el 3,1% e incluso lo supere, «ya que el impulso generado por las reformas efectuadas puede ser mayor de lo estimado». Esta nueva previsión realizada por la misión del FMI en España supondría un incremento de medio punto respecto a la realizada en primavera, cuando la institución vaticinó un crecimiento del 2,6% para 2017.

Con respecto a 2018, la perspectiva también mejora respecto al anterior pronóstico, hasta el 2,5%, cuatro décimas más. En este sentido, los expertos consideran que podría comenzar una desaceleración del crecimiento como consecuencia de las debilidades detectadas, las mismas que un año atrás, cuando también se advirtió de un frenazo que, a tenor de estas nuevas actualizaciones, no se ha producido.

No obstante, el FMI incide en la necesidad de contener el gasto en pensiones, que provoca fuertes tensiones en las cuentas públicas pese a las reformas de 2011 y 2013. El FMI considera que, gracias a estas reformas, dentro de treinta años la pensión media de un jubilado español en relación al salario medio de la economía (la tasa de sustitución) «seguiría estando sobradamente por encima de la media prevista en la UE». Sin embargo, el envejecimiento de la población hace necesario poner en marcha medidas urgentes que eviten «los ajustes puntuales, como por ejemplo en el índice de revalorización de las pensiones», el mismo que fija el alza de estas prestaciones en el 0,25% anual cuando existe déficit en la Seguridad Social.

El FMI considera que esa medida «puntual» debería dilatarse a perpetuidad para que el ajuste de la sostenibilidad de las pensiones se reparta entre las generaciones». Para compensar la «congelación» con el alza del 0,25% anual, los expertos proponen alargar la vida laboral y alentar los planes de pensiones privados.

El resto de recetas son ya un mantra, como la consabida subida del IVA, pese a que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, la rechaza de plano. El FMI cree que «gravar de forma gradual» más bienes de consumo al tipo general del IVA proporcionaría recursos suficientes para reducir la deuda pública. Por contra, Montoro que una subida de este tipo retraería el consumo privado, una de las patas del fuerte crecimiento de la economía.