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Rajoy confía en que Pemex aborte el asalto a Repsol

Cree que las dificultades «se irán resolviendo» porque es un accionista de referencia. Slim reitera que no le interesa la petrolera española

La Razón
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Mariano Rajoy no está «especialmente preocupado» por la crisis que ha abierto en Repsol uno de sus accionistas de referencia, Pemex, que ya no oculta en público su descontento con la gestión del presidente de la petrolera española, Antonio Brufau, al que estaría tratando de sustituir al frente de la empresa. El jefe del Ejecutivo confía en que «los problemas se vayan resolviendo» porque la compañía mexicana es «un accionista importante» de Repsol. Así lo aseguró ayer en una entrevista en Radio Nacional, en la que aludió a la «magnífica relación» que mantiene con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, como uno de los potenciales puntos fuertes para solucionar una crisis que, por el momento, sigue viva. Aunque el ministro de Industria, José Manuel Soria, se reunió en México el pasado viernes con el director general de Pemex, Emilio Ricardo Lozoya, y con el secretario de Estado de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, y ambos le aseguraron que el objetivo de Pemex era mejorar la colaboración con Repsol, el miércoles Lozoya, en una comparecencia en el Congreso mexicano, volvió a cargar contra Brufau. El directivo mexicano tiró de datos erróneos para acusar al español de percibir unos emolumentos demasiado elevados para los, a su juicio, pobres resultados que ha cosechado Repsol con Brufau al frente de su dirección.

Aunque oficialmente el Gobierno insiste en que lo que ocurre en la petrolera es un problema interno de una compañía privada en la que no puede entrar, lo cierto es que el carácter estratégico de una compañía como Repsol para el sector energético español por su capacidad de refino confiere a Industria un papel crucial. El ministerio, tras la desaparición de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), dispone de capacidad para vetar operaciones significativas en grupos energéticos por parte de inversores extracomunitarios, una potestad que Soria habría recordado a sus interlocutores mexicanos en el encuentro que mantuvieron en México.

Pese a su manifiesto descontento con la labor de Brufau, a Pemex, sin embargo, siguen sin salirle las cuentas para desplazarle de la presidencia. La Caixa, Temasek y Sacyr, los otros tres grandes accionistas de Repsol junto a Pemex, no están dispuestos a secundar el movimiento de la compañía estatal mexicana y, desde fuera, los apoyos tampoco le acaban de llegar. Ayer, el grupo financiero Inbursa, controlado por el multimillonario Carlos Slim, reiteró que «en el tema de Repsol, no estamos viendo absolutamente nada», según declaró en el Foro Latibex, Frank Aguado, su director de crédito y relaciones con inversores. Slim era una de las bazas que Pemex estaría intentado jugar para sustituir a Brufau. Dado que la petrolera mexicana tiene limitada a un 10% su participación en Repsol, la jugada habría consistido en que Slim se hiciese con otro 10% de la empresa española para, en unión con Pemex, llegar al 20% de su capital y lograr su control.

Según explicaron a Ep fuentes de la compañía, Inbursa tampoco tiene previsto modificar su posición ni en Gas Natural Fenosa ni en La Caixa. Sí que prevé, sin embargo, intensificar su apoyo financiero a YPF, en cuyo accionariado entró apenas dos meses después de la expropiación de la compañía a Repsol, que reclama unos 8.000 millones de euros en concepto de indemnización que el Gobierno argentino no quiere pagar. Slim adquirió el 8,4% de la petrolera suramericana, del que el 6,6% se instrumentó a través de Inbursa y el otro 1,8% a través de Carso.

Lozoya y sus dudosos datos

Demasiado sueldo para tan magro rendimiento. Ésa fue la acusación que Lozoya lanzó contra Brufau en el Congreso mexicano el miércoles. Un ataque que, sin embargo, poco se corresponde con la realidad de las cifras de Repsol. Desde que Brufau está al frente de la firma, su acción se ha revalorizado un 13,15% y el dividendo por acción se ha triplicado hasta situarlo en el entorno del euro. Además, el ratio de reemplazo de reservas se ha multiplicado por 20, hasta alcanzar en 2012, un 204% de su producción, y la firma prevé aumentar la producción de hidrocarburos un 7% anual entre 2012 y 2016.