Motor
Renault revisará las emisiones de 15.000 vehículos
Renault sigue insistiendo en que no ha cometido ningún tipo de fraude porque sus coches cumplen las normas de homologación sobre las emisiones de CO2 y de óxidos de nitrógeno, a pesar de que los resultados obtenidos en los primeros vehículos examinados revelan que las emisiones son claramente superiores cuando el coche funciona en condiciones normales y no de prueba.
«No se puede decir que no respetamos las normas porque no hay normas en condiciones reales», precisó ayer Thierry Bolloré, director delegado de la Competitividad de la constructora. Pero la compañía ha prometido que estudia ya un plan de medidas, que detallará a finales de marzo, para mejorar el sistema de descontaminación de sus últimos motores diésel, con el fin de que las emisiones del coche en condiciones reales se ajusten a las normas de medioambiente.
La ministra francesa de Ecología y Transportes, Ségolène Royal, añadió ayer su dosis de confusión al felicitarse de que Renault se hubiera comprometido a llamar a un cierto número de coches, «más de 15.000, para examinarlos y arreglarlos correctamente», comentó en una entrevista en RTL.
Algo que contesta en parte la constructora, ya que esta llamada no se deriva de los test realizados por la denominada Comisión Royal, instaurada tras el escándalo Volkswagen para examinar los coches que se venden en Francia. Como explicó ayer Gaspard Gascon Abellán, director de ingeniería de Renault, el pasado mes de julio descubrieron «un error de calibrado» en el sistema de descontaminación de los motores del Renault Captur diésel 110 ch. En septiembre quedó corregido y en noviembre lanzaron la llamada de unos 15.800 vehículos construidos entre febrero y julio del año pasado, antes de que fueran puestos a la venta. Hasta ahora, sólo se han realizado estos test a 22 vehículos, diferentes a los necesarios para su homologación, y han puesto en evidencia a varios de ellos, incluidos Captur y el nuevo Espace 5 de Renault, que contaminan mucho más que en conducción real. En el modelo Espace 5, las emisiones de los contaminantes analizados demuestran que el dióxido de carbono y el óxido de nitrógeno en carretera son hasta más de diez veces superiores a las constatadas en la homologación en laboratorio.
Ségolène Royal alabó los intentos de transparencia de Renault y señaló que también existen «otras marcas» que no cumplen la normativa, refiriéndose a Mercedes y Ford,aunque no se hizo mención de sus nombres, y añadió que «los dirigentes de estas empresas han aceptado dar explicaciones ante la comisión». «Lo que importa es que la polución del aire se detenga y que los constructores de automóviles tomen acta de lo que se les dice para que puedan ajustar los motores».
Soluciones
Para descubrir estas anomalías, el Gobierno ha tenido que revisar los test anticontaminación. «Se puede decir que los test no eran suficientes porque eran tests sobre banco de prueba, es decir, estáticos», añadió Royal, precisando que ahora los controles son realizados en condiciones reales: «Tras el escándalo del fraude Volkswagen, hemos decidido aplicar tests incontestables». La ministra puntualizó que Renault no es el único fabricante con ese problema. El objetivo de la ministra es doble: «salvar la industria del automóvil, garantizando los derechos del consumidor».
Ante la polémica generada desde el viernes pasado por esas informaciones, que le hicieron perder en dos jornadas de bolsa casi el 13% de su valor, aunque ayer sus acciones recuperaban más del 2% a media hora del cierre, Renault aportará mejoras en el sistema de reducción de las emisiones para sus coches nuevos, pero también dará la posibilidad a clientes que ahora conducen automóviles de la marca de beneficiarse de dispositvos específicos. La compañía francesa, en cualquier caso, se negó a fijar una cifra para la nueva revisión y desmintió haberla establecido en 700.000 unidades, la que se le había atribuido en varios medios. de comunicación.
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