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Repsol designa consejero delegado a Josu Jon Imaz
Antonio Brufau contará a partir de ahora con un hombre de su entera confianza como mano derecha para dirigir Repsol. El consejo de administración de la petrolera acordó ayer la creación del cargo de consejero delegado y la designación para el mismo de Josu Jon Imaz, un hombre de la casa.
Antonio Brufau contará a partir de ahora con un hombre de su entera confianza como mano derecha para dirigir Repsol. El consejo de administración de la petrolera acordó ayer la creación del cargo de consejero delegado y la designación para el mismo de Josu Jon Imaz, un hombre de la casa. El ex presidente del PNV, que dejó la política en 2007, era hasta ahora presidente de Petronor y director general del Área Industrial de Repsol.
En la petrolera se considera que Imaz es el hombre adecuado para ser su «número dos», pues además de ser joven para un cargo de tal envergadura –50 años–, está muy preparado y conoce bien el negocio, además de gozar de la entera confianza de Brufau, que se mantendrá como presidente de la compañía. El nombramiento responde, según la nota que Repsol envió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) comunicándolo, «a las señas de identidad de la cultura de Repsol, al apoyarse en profesionales de la empresa, con amplia formación externa e interna, altamente cualificados, con gran conocimiento del sector energético y su entorno, y una visión de futuro sobre los retos de la empresa».
Nueva etapa
Brufau aseguró que la remodelación de la estructura de su equipo directivo llega «en el momento oportuno, una vez conseguida una compensación adecuada por la expropiación de YPF y en el que Repsol se encuentra en una posición óptima para encaminar una nueva etapa de expansión». La idea de la petrolera es emplear los 5.000 millones de dólares –que va a recibir como compensación por la expropiación de la petrolera argentina para crecer con la adquisición de alguna compañía.
Con el nombramiento de Imaz, Brufau responde a aquellos sectores más críticos de la compañía, encabezados por la petrolera mexicana Pemex –propietaria del 9,3 por ciento del capital de la compañía–, que le demandaban la creación del puesto de consejero delegado.
La remodelación del equipo directivo llega un mes después de que Repsol aprobase en junta otro importante paquete de medidas para blindarse frente a las veleidades rupturistas de Pemex. La junta aprobó modificar los estatutos de la empresa para fijar en el 75% el mínimo de los votos necesarios para todo cambio de relevancia en ella: transformación, escisión, fusión, cambio de domicilio social o cambio de negocios. Desde Repsol siempre han pensado que tanto en la ofensiva que lanzó el año pasado para desplazar a Brufau de la presidencia como en la de 2011, cuando se alió con Sacyr, uno de los objetivos de Pemex, aunque no lo manifestase públicamente, era hacerse con el control de la compañía para desgajar sus negocios. La mexicana aspiraba así a hacerse con la tecnología de «upstream» –exploración y producción– de Repsol, mucho más avanzada que la suya y con la que pretendía explotar los ingentes yacimientos que tiene en su país y a los que en este momento no tiene acceso por sus deficiencias en este campo.
El consejo de Repsol, además del nombramiento de Imaz, este miércoles aceptó la renuncia como consejera independiente de Paulina Beato Blanco, «a quien se le agradeció vivamente los servicios prestados», dice la empresa en su comunicado. Esta vacante será ocupada por el nuevo consejero delegado, que también ha sido designado vocal de la comisión delegada de la petrolera.
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