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Shell paga 64.296 millones por BG para pelear con Exxon
La primera gran operación del sector energético en más de un decenio abre la veda para los gigantes petroleros.
Gigantes devorando gigantes al precio del PIB de unos cuantos países. La petrolera anglo-holandesa Royal Dutch Shell sacudió ayer el mercado anunciando la adquisición de un rival «menor», la gasista británica BG Group, por la nada despreciable cifra de 47.000 millones de libras (64.296 millones de euros). La primera gran operación del sector energético en más de un decenio acorta la brecha con el líder del sector, la estadounidense ExxonMobil. La compradora pagará tanto en efectivo como en acciones, a razón de 1,350 peniques la acción de BG. La oferta de Royal Dutch Shell supone un sobreprecio cercano al 52% frente al valor medio de la acción de BG en los últimos 90 días de BG y aleja la posibilidad de que rivales como Exxon, al acecho de cualquier presa con la que expandirse aprovechando los bajos precios y la rebaja de los costes de financiación, puedan contraatacar con una oferta superior por BG.
El acuerdo permitirá a los accionistas de BG ser propietarios de un 19% del grupo formado por la únión de ambas compañías. Además, se podrán beneficiar también de los dividendos correspondientes a sus propios accionistas. En este sentido, la petrolera anglo-holandesa confirmó su intención de abonar un dividendo de 1,88 dólares por acción en 2015 y de «al menos el mismo importe en 2016».
La tercera mayor adquisición de un empresa de gas y petróleo de la historia dará a Shell acceso a proyectos de miles de millones de dólares en Brasil, África Oriental, Australia, Kazajistán y Egipto, los que incluyen algunas de las iniciativas más ambiciosas del mundo de gas natural licuado (GNL).
Shell es ya la mayor empresa de GNL del mundo y obtendría con la compra las capacidades de BG en logística, una compleja infraestructura que incluye terminales, ductos, tanqueros especializados, enfriadores, regasificadores y almacenes. En la presentación del acuerdo, Shell remarcó que la adquisición le ayudará a ampliar sus reservas de petróleo y gas natural en un 25% y mejorar la producción en un 20%, así como acelerar su estrategia de crecimiento.
Las mayores sinergias (valoradas en 2.500 millones de dólares al año) se dan en el negocio del GNL y en la extracción en aguas profundas. En este campo, Shell diversifica además su cartera ya que la producción en el Golfo de México representaba hasta ahora más de la mitad de sus extracciones en plataformas. Ambas firmas tienen presencia compartida en 15 países y son muy fuertes en mercados altamente competitivos como el estadounidense.
La operación se enmarca en el complejo entorno al que se enfrentan las petroleras y gasistas por la bajada de los precios de los hidrocarburos, que empujan al sector a una reorganización a través de absorciones. Muchas medianas y pequeñas «utilities» hacen frente a complicaciones en el flujo de caja y están en el punto de mira de las grandes firmas del sector. BG Group se ha visto particularmente afectada por el descenso del precio crudo, ya que desde junio pasado sus acciones han bajado cerca de un 28%, lo que le llevó a registrar pérdidas en 2014. Shell, por su parte, comunicó en enero pasado que sus beneficios anuales bajaron un 8% y que tenía planes para recortar el gasto en 10.000 millones de libras (13.800 millones de euros) en los próximos tres años debido al fuerte descenso de los precios del crudo.
Se trata del mismo patrón que el de los años 90 del pasado siglo, cuando los bajos precios del crudo que dio origen a los actuales gigantes del sector como BP, Chevron o ExxonMobil. De hecho, algunas transacciones significativas en el sector ya se han materializado, incluyendo la reciente compra de Baker Hughes por Halliburton o la adquisición de Talisman Energy por Repsol.
«Es una importante transacción para Shell que acelera nuestra estrategia», destacó Jorma Ollila, presidente de la petrolera anglo-holandesa. A su vez, Ben van Beurden, consejero delegado de Shell apuntó que la industria petrolera oscila al ritmo de «movimientos estratégicos audaces» y subrayó que la incorporación de los activos en gas natural de BG tiene «sentido estratégico».
Las acciones de BG Group, una de las cotizadas relevantes en el Footsie, principal indicador de la bolsa de Londres, recibieron el respaldo de los mercados con un fuerte repunte del 38%, mientras que los títulos de Royal Dutch Shell se dejaban casi un 5%.
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