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Inversión

Síntomas de recuperación del Private Equity

El número de operaciones cayó en España el año pasado un 7%, pero el valor total de las transacciones se incrementó un 4%

La captación de fondos cedió un 23% en el contexto internacional larazonArchivo

La reactivación del capital riesgo a escala mundial está tomando forma, con un repunte de las operaciones que va ganando impulso. Sin embargo, los persistentes vientos en contra derivados de la incertidumbre económica, acentuados por la lentitud en la captación de fondos, siguen ensombreciendo las perspectivas de una recuperación total del Private Equity (PE), según concluye el XVI Informe anual sobre Capital Riesgo de Bain & Company.

En España, a pesar de una reducción del 7% en el número de operaciones, el valor total de las transacciones aumentó un 4% frente a 2023, datos que constata una tendencia de inversión más selectiva y de mayor calibre. El análisis también señala una disminución de las operaciones en los sectores de Servicios y Energía, mientras que los de Tecnología, Educación y Productos de consumo impulsaron el crecimiento el año pasado. Por su parte, las desinversiones, que se redujeron después de 2021, han recuperado los niveles prepandemia. Aunque las Ofertas Públicas Iniciales (OPI) respaldadas por Private Equity han seguido ausentes en medio de la incertidumbre del mercado en 2024, para 2025, hay señales preliminares de mayor interés por este canal.

En el contexto global, tanto las inversiones como las desinversiones de Private Equity se recuperaron el año pasado, con claros signos de un renovado vigor y dando un giro a los fuertes descensos de los dos años anteriores, que marcaron uno de los periodos más difíciles del sector desde la crisis financiera mundial, informa Bain.

El apetito reprimido de los General Partners (GP) –gestores y administradores activos de un fondo de inversión– por cerrar operaciones y poner a trabajar el capital acumulado («dry poder»), junto con la mejora del entorno económico a medida que los bancos centrales reducían los tipos de interés oficiales, impulsó un aumento interanual del 37% en el valor de las inversiones en adquisiciones, hasta alcanzar 602.000 millones de dólares en 2024 (excluidas las operaciones complementarias).

Paralelamente, las desinversiones también repuntaron el año pasado, mostrando un incremento del 34% interanual hasta alcanzar los 468.000 millones de dólares, mientras que el número de desinversiones creció un 22%, hasta situarse en 1.470, «lo que indica un tímido pero bienvenido deshielo en la profunda congelación de este nicho», apunta el informe. Por el lado contrario, la captación de fondos cedió un 23%, hasta 401.000 millones.

«El pasado se puede considerar un año en el que comienza un cambio de tendencia. Que el ímpetu renovado en 2024 pueda consolidarse dependerá de cómo se desarrollen las políticas. Creemos que los vientos en contra que han frenado la actividad desde mediados de 2022 deberían seguir disipándose. El sector está ansioso por realizar operaciones, los GP están encontrando formas creativas de aumentar la liquidez. Sin embargo, el apetito por las operaciones sigue siendo moderado por la incertidumbre que mantiene en vilo a los mercados», asegura Cira Cuberes, socia de Bain & Company.

El informe también subraya que los costes del sector para generar rendimientos superiores a los del mercado están aumentando considerablemente, incluso cuando las comisiones cobradas a los inversores están sometidas a una mayor presión.