Subidón de un 8,4% del gas natural

Las tarifas de último recurso se disparan a partir de hoy por el encarecimiento del 22,6% de la materia prima. El incremento afectará a 1,6 millones de consumidores. El recibo de la luz de septiembre escala un 16%

Y tras la luz llega el turno del gas. Después de que el precio de la electricidad lleve semanas batiendo récords casi a diario, ahora llega el momento del subidón del gas natural. Las tarifas de último recurso (TUR) se incrementarán a partir hoy un 8,4% de media respecto al tercer trimestre del año, según la revisión trimestral publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) este fin de semana. La tarifa TUR es una de las modalidades para contratar del gas natural y su precio, que está en vigor durante tres meses, lo fija el Gobierno en revisiones trimestrales. Es una tarifa para viviendas y consumidores domésticos. El límite para poder acogerse a ella son 50.000 KWh anuales, de forma que los clientes con consumos superiores deben contratar el gas en el mercado libre. En la actualidad, de los 7,7 millones de consumidores de gas natural que hay en España, 1,6 están acogidos a estos precios.

La subida del precio del gas natural se explica por el brutal crecimiento que ha experimentado el coste de su material prima, que se ha disparado un 22,7%, así como por la depreciación del euro frente al dólar del 2,8%. La cotización del barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, ha subido un 5,8%. A ello se suma que los precios de los futuros del gas natural en el mercado de referencia europeo rondan los 30 euros por megavatio hora (Mwh), un 50% más caro de lo que estaba en septiembre de 2017. La parte regulada del recibo –los peajes de acceso–, dependiente del Gobierno, permanece congelada por cuarto año consecutivo.

Fuertes incrementos

Aunque es el incremento del coste de la factura eléctrica el que está acaparando la atención en los últimos meses, lo cierto es que el gas natural lleva también un año de fuertes repuntes. El primer trimestre se cerró con un encarecimiento de las TUR del 6,2%. La presión bajó entre abril y junio, cuando los precios se redujeron un 3,4%. Sin embargo, a partir del 1 de junio volvieron a incrementarse un 3,4%. En total, en lo que va de ejercicio acumula una subida del 14,6%.

A la subida del precio del gas se va a sumar en septiembre, otra vez, la luz. El recibo de la electricidad de un consumidor medio cerró septiembre con un precio cercano a los 75 euros, lo que supone un ascenso del 16% con respecto al mismo periodo del año anterior. Según el simulador de la factura de la electricidad de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), con respecto a agosto el recibo se incrementa también un 4%. De esta manera, en términos mensuales en septiembre sigue la tendencia alcista experimentada por la electricidad desde mayo, cuando se encareció un 8%. Esta evolución del precio de la luz se corresponde con la factura de un consumidor medio con una potencia contratada de 4,4 kilovatios (kW) y una demanda anual de 3.900 kilovatios hora (kWh)

Desde hace meses, el Gobierno viene anunciando medidas para controlar la escalada en los precios de la luz. Sin embargo, la única medida que de momento ha articulado el Ministerio de Transición Ecológica es la supresión del impuesto del 7% de la generación que el Estado cobraba a las eléctricas y que éstas trasladaban a los consumidores. Aunque la medida supondrá una merma para las arcas públicas de 1.000 millones de euros, su impacto en una factura media es muy limitado, apenas dos euros al mes. En el caso del gran consumidor industrial, el ministerio de Teresa Ribera calcula un ahorro de entre el 5% y el 5,5%.

Bombona de gas

A las subidas de la luz y el gas natural de sumó el pasado 18 de septiembre la de la bombona de butano. Su precio pasó de 13,92 euros a 14,61 euros, un incremento del 4,96%, al filo del 5% que, como máximo, está permitido. La bombona también subió en junio, con lo que, desde entonces, acumula un incremento del 10,1%. Como en el caso del gas natural, el butano también ha acusado el aumento del precio de su materia prima, la depreciación del euro frente al dólar y el incremento de los costes de transporte.