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Telefónica prepara la salida a bolsa de su filial británica O2
La operadora aprueba un dividendo de 0,4 euros que quita presión a sus cuentas.
La operadora aprueba un dividendo de 0,4 euros que quita presión a sus cuentas.
Reino Unido, o los negocios de Telefónica en la isla, ocuparon ayer la junta general de accionistas de la operadora. Y lo hizo por una doble vía: la del dividendo y la de su filial O2. En primer lugar, porque la situación generada por el triunfo del Brexit hace ahora un año, que hundió en dos sesiones los títulos de la compañía un 16%, hasta los 7,6 euros, forzó al recién nombrado presidente, José María Álvarez-Pallete, a reducir el dividendo un 47% hasta los 0,40 euros por acción. El varapalo para los accionistas llegaba después de la suspensión de la retribución de 2012 y la reducción a la mitad, hasta 0,75 euros por título, en la de 2013.
En 2016, la junta de accionistas aprobó un pago de dividendos bajo la modalidad de «script» de 0,35 euros por acción, pagadero en noviembre de 2016. En octubre de ese mismo año, el consejo de administración decidió modificar la política de dividendos para 2016 y 2017 hasta los 0,55 euros por acción el pasado año (añadiendo 0,20 euros en efectivo a lo aprobado por la Junta) y hasta los 0,40 euros en 2017 (0,20 euros en el cuarto trimestre de 2017 y 0,20 euros en el segundo trimestre de 2018). Los accionistas refrendaron ayer el pago de ese dividendo, lo que supone una rentabilidad por acción a precios actuales del 4%, según remarcó Álvarez-Pallete. El presidente de la firma se comprometió a adoptar acuerdos que hagan «sostenible» la política de dividendos para evitar los bandazos de los últimos ejercicios.
El otro asunto fue la posible colocación en el mercado de la filial británica, cuya venta se paralizó por Bruselas justo antes del referéndum del Brexit. Pallete quiere ahora, sin las prisas de antaño, titulizar parte de O2.. «Si hay una ventana para una salida a bolsa hay que estar preparado. Lo haremos cuando sea oportuno», afirmó.
El 24 de marzo de 2015, Telefónica suscribió un acuerdo con el Grupo Hutchison Whampoa para la adquisición por parte de éste de las operaciones de Telefónica en Reino Unido (O2 UK) por 10.250 millones de libras esterlinas en efectivo (unos 14.000 millones de euros al cambio en la fecha del acuerdo). Sin embargo, las presiones de Londres ante Bruselas frenaron la venta en plena vorágine previa al referéndum sobre el Brexit. La Unión Europea no quería dar munición a los partidarios de abandonar la UE y, finalmente, el 11 de mayo de 2016, la Comisión Europea hizo pública su decisión de prohibir la transacción para evitar la concentración de compañías, ya que la hongkonesa Hutchison Whampoa es propietaria de la operadora de móviles Three en Reino Unido.
La situación de Telefónica dista mucho de ser la previa al acuerdo con Hutchison. En 2016, la actividad de financiación de la multinacional ha ascendido a 10.542 millones, que han servido para reforzar la liquidez de la compañía y refinanciar los vencimientos de deuda. El entorno de tipos muy bajos ha favorecido el progresivo saneamiento de las cuentas y la operadora cerró el año con una liquidez cercana a los 21.300 millones de euros y con una reducción de la deuda financiera neta hasta los 48.595 millones.
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